Teresa de Hernández se encontraba llorando afuera de la emergencia del hospital central de Maturín mientras abrazaba la camisa de su esposo Jesús Hernández; el hombre de 66 años padecía de insuficiencia renal y el martes se descompensó luego de la diálisis y murió.
La dama de edad avanzada no sólo lamentaba el fallecimiento de su pareja con quien tuvo cuatro hijos, sino que no podrá velarlo, no por contar con las maneras para hacerlo, sino que el cuerpo de su marido se infectó con coronavirus.
La deuda con residencia en el sector Valenzuela explicó “estando en casa presentó un fuerte dolor en la parte baja de espalda y un fuerte cansancio. Cuando lo traíamos al hospital, en el camino falleció”.
Con los ojos enrojecidos y disgustada continuó relatando “los médicos no le pusieron una mano encima. No le hicieron la prueba del covid-19 y desde entonces su cuerpo de metieron para una habitación donde se encontraban seis personas con esta enfermedad”.
“Más de 48 horas pasó el cuerpo en ese espacio y se contaminó con el virus. Nos dimos cuenta porque comenzamos a buscarlo en la morgue y nos dijeron que no había cadáveres con las características de mi esposo. Nos preocupamos y de tanto buscar en el hospital descubrimos que estaba allí”, dijo Teresa.
Indignada agregó “no podré despedirme de él, ni sus hijos darle el último adiós. Debemos llevarlo directo al cementerio y de una vez para el hueco. No es justo esto que está pasando”.
“No puedo comprender el porqué de la equivocación, él no tenía covid. Exijo que las autoridades del hospital y sanitarias revisen lo que ocurre en el hospital, llegamos con una emergencia y nos ocurre esto”, expresó.
De acuerdo al certificado de defunción Jesús Hernández falleció como consecuencia de falla múltiorgánica, insuficiencia renal crónica e hipertensión arterial sistémica.
La mañana de este jueves uno allegados ayudaron a la mujer realizar los trámites y retiro del cadáver para llevarlo en un camión hasta el cementerio donde lo sepultaron de inmediato por temor a resultar contagiados.