Ante la poca clientela que actualmente hace uso del servicio de taxis, trabajadores del volante han tenido que migrar al servicio de carritos por puesto, afiliándose a rutas como la 9 y la 100, así como hacia Parador y Tipuro II, por ser las de mayor demanda,
Esto ocurre debido a que el costo mínimo de una carrera es de 5 dólares, dinero que muchos usuarios no están dispuestos a cancelar y los choferes afirman no poder cobrar menos para los gastos que implica mantener sus vehículos en buenas condiciones y por lo tanto ha provocado que haya disminuido drásticamente la clientela de este servicio de traslado.
Aunado a ello, la inseguridad se ha incrementado considerablemente y tanto choferes como usuarios han sido víctimas de la delincuencia en puntos como el caño de la UDO y el Ambulatorio.
«Solo en la semana pasada se registraron tres atracos dentro de las unidades colectivas, porque los choros se hacen pasar por usuarios y en determinado punto de la ruta, cerca del caño de la UDO y del ambulatorio, pegan ‘el quieto’», relató una de las víctimas.
Ante tal situación los afectados piden a las autoridades y los cuerpos de seguridad del estado, reforzar la vigilancia y patrullaje policial en las paradas señaladas, así como también en las unidades del transporte público, al igual que la colocación de puntos de control en las zonas donde se registran robos a mano armada.