La hora de dar a luz a una joven madre llegó y no aguantó a ingresar a la Sala de Parto y terminó dando a luz en la entrada del Hospital Dr. Manuel Núñez Tovar de Maturín.
«Una camilla, una camilla,(..) una enfermera, por favor», gritaban los familiares de la dama.
Aunque venían a toda prisa en un vehículo particular, la travesía desde su casa al centro de salud se hizo eterna. Al llegar al área de ambulancias, justo en la entrada, se presentó el momento del día más esperado.
El parto fue asistido por la misma licenciada Glarys Febres, subdirectora del hospital, quien se encontraba realizando una supervisión en ese momento.
Cuando la funcionaria se percató que la mujer estaba en el asiento trasero del carro, no dudó en ofrecer asistencia.
«Ya el bebé había sido expulsado. Bajé con todo el equipo de Sala de Parto y allí mismo realizamos el procedimiento», relató Febres.
La funcionaria agregó que «fue rápido, la vi allí y no podía dejar que bajara en esas condiciones; terminamos de ayudarla a expulsar a la criatura y le cortamos el condón umbilical».
«No hay imposibles cuando dar amor al prójimo, sin distingo, es el propósito de vida», destacó Febres, quien va para un año en el tren directivo del Manuel Núñez Tovar.
«Son momentos únicos, y aunque suelen ser frecuentes, son irrepetibles, momentos que solo Dios sabe por qué ocurren», acotó.