Mientras que la cuarentena, la escasez de gasolina y la falta de gas doméstico fueron el común denominador en todo el municipio Maturín; en diciembre, Barrio Obrero enfrentó otra carencia: la falta de agua.
A los 29 días del mes de diciembre, en las casas de este sector del centro “no llega una gota de agua”; por lo que, en época de fiestas, deben ingeniárselas para lavar, cocinar y bañarse.
El 24 de diciembre, como “regalo del niño Jesús” a Barrio Obrero llegó un camión cisterna (pagado por los mismos vecinos) que, por 30 dólares, llenó un tambor en cada casa.
Pero, lo “normal” es llenar los botellones en el Parque La Guaricha, donde pagan 10 mil bolívares por unos pocos litros; sin embargo, sin gasolina, hasta esta tarea se complica.
La calle Cumaná es la antesala del “Barrio chino” ubicado en la Cedeño; ahí hay desde cerrajerías hasta peluquerías y restaurantes, a ninguno de los cuales llega agua por los grifos.
Bajo estas circunstancias, los comerciantes se ven en la obligación de comprar agua.
Eduardo Benítez, conocido en la zona por sus empanadas, recientemente cambió seis hallacas por un tambor de agua. Días antes, había pagado 8 millones de bolívares a un camión cisterna porque le llenaran un tanque.
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