Para María Eugenia Solórzano, después de cuatro años en la Coordinación Regional de Prevención del Delito, ha descubierto que en cualquier barrio de nuestras ciudades se puede fácilmente formar un «Koki», si las familias, los educadores y la sociedad en general no hacemos esfuerzos para evitar que nuestros niños y adolescentes caigan en el delito.
«Prevención del Delito es una unidad que llega a los 52 años de fundada, se han formado una serie de distorsiones en los sectores populares, malas imitaciones, copias macabras producto de la apología del delito que, por qué no decirlo, de manera irresponsable hacen los medios de comunicación social, por ejemplo», se refiere la entrevistada en el programa radial El Periódico con los Vecinos que se transmite por la 104.5 TuFM Preferida, a la canción de «la pepa» pegada en todas las emisoras que abiertamente hace alusión y casi glorifica como una tendencia el uso de fármacos y drogas, lo que lleva a María Eugenia a decir «el problema del delito en nuestros jóvenes compete a todos y no se puede decir para nada que sea solamente responsabilidad del Estado, es un problema que nos ataña directamente a todos en general».
-En tu opinión, ¿cuál es el sector de Maturín donde hay mayores peligros para los jóvenes?
-Realmente, y así lo hemos evaluado por petición de la misma comunidad, la parroquia que debe verse con mayor atención es la parroquia Las Cocuizas, allí nos encontramos no solo con una gran cantidad de familias disfuncionales sino también con niños que han sido dejados al cuidado de un abuelo, de un tío y hasta de una amiga y generalmente nadie se hace responsable de estos niños, y al final tú los observas en la calle y por eso es preocupación en estos momentos para Prevención del Delito, el hecho de la cantidad de niños que se encuentran en situación de calle, vendiendo golosinas y que andan pidiendo limosna en la calle, cada vez son más y esto es consecuencia de la falta de mecanismos de control.
Prevención del Delito va hasta las comunidades, realizan jornadas con los maestros, con la comunidad educativa y han llegado a tratar algunos temas especiales, como el caso de la situación que se presentó en Barrancas del Orinoco, ellos consideran que para poder enfrentar el delito es necesario actuar con mecanismos en los cuales convergen varios organismos como la ONA, y lo que hacen en estos momentos es levantar diagnósticos, con la experiencia que da cuatro años en este cargo, lamenta que los jóvenes comiencen a imitar patrones de conducta como los de delincuentes, que busquen la vida fácil, que se vistan de una manera determinada y que convergen a la larga en situaciones que los lleven a la vida delincuencial, la ropa y el baile aunque no lo crean producen patrones de conducta que se traducen en delito, por eso el trabajo no solo debe partir de la autoridad de los entes públicos, sino de todos los grupos, entes y personas de la sociedad, solo de esa manera se podrá evitar que los muchachos se descarrilen, puntualiza Solórzano.