Habitantes del sector Barrio Obrero II, denunciaron el estado de inseguridad que viven actualmente debido a la falta de patrullaje y abandono de antiguos restaurantes. Las calles que están detrás de la antigua sede del Circuito Judicial han quedado a la buena de Dios ya que lo que impera es la inseguridad, aseguran los vecinos.
El local de lo que anteriormente fuera un reconocido restaurante es ahora una guarida de delincuentes donde según los residentes de la zona, usan para esconder lo que roban de las casas. Aunado a ello este lugar es usado como hotel donde afirman que han visto incluso menores realizando actos sexuales.
“Aquí ya no hay paz ni tranquilidad social, ya que en los últimos meses han ocurrido al menos ocho robos dentro de las casas donde se meten, someten a los que estén dentro y le llevan sus cosas, pero buscan más a personas mayores que vivan solas. Hace unos días atrás se metieron a la casa de una señora mayor y se le llevaron varias cosas, entonces como este antiguo restaurant está abandonado, ahí meten lo que se roban. Eso es usado por vagos, maleantes, malandros y queremos que las autoridades hagan algo”, expresó Reinaldo Méndez.
Agregó además que los robos también ocurren en plena vía pública ya que los choros interceptan a sus víctimas en moto o anda uno a pie y luego su cómplice lo espera a unos metros en una moto. Indicó que en las noches han observado a sujetos husmeando por las casas para estudiar a sus próximas víctimas y alertan a los vecinos a través de los grupos de Whatsapp.
Por su parte, Juan Guzmán, otro habitante de la zona, hizo un llamado a la alcaldesa Ana Fuentes para que por medio de Corpoelec instalen luminarias en las calles del sector, específicamente cerca del club Yarúa debido a la poca iluminación que los delincuentes aprovechan para cometer sus fechorías.
“El llamado es a las autoridades para que iluminen este sector que en las noches queda en tinieblas, hay que reconocer que han ido iluminando varias calles, pero específicamente la que está por el Yarúa es una completa oscuridad. Aquí la delincuencia está desatada por completo y a los dueños de todos estos locales se le hace un llamado para ver qué hacen y se evita que sean usados como guarida de malandros”, dijo Guzmán.