Gerardo Arnaudez, vicepresidente del Hotel San Miguel, lleva 30 años en la industria de la Hotelería, y considera que quizás en estos momento sea lo más propicio para el desarrollo del turismo en el país, considera que Monagas tiene un alto potencial y que tenemos que cambiar nuestra manera de ver el turismo, porque el mismo es una de las actividades que más mueve la rueda del dinero, en todos los países del mundo.
La semana pasada llegó a la Isla de Margarita un crucero que traía 500 europeos de varios países, el mismo Presidente de la República, Nicolás Maduro, ha dado gran preponderancia a la actividad turística, por supuesto para hablar de turismo hay que referirse de una infraestructura básica, y fue sobre este aspecto que surgieron las intervenciones de los radioescuchas del programa El Periódico con los Vecinos, que transmite Tu Preferida 104.5FM.
«¿Cómo se puede hablar de turismo si los baños de la Cueva del Guácharo, uno de nuestros principales atractivos naturales están sucios o no hay cafetín, y casi todos los negocios están cerrados?», cuestionó el invitado. Arnaudez reconoció que estas son realidades que tienen que ser afrontadas con el sector público conjuntamente con el privado, pues solo de esa forma se puede garantizar el éxito económico y la mejor atención a los turistas.
Arnaudez considera «ya no podemos hablar del turismo convencional, que pasa por las agencias de viaje y el formalismo de los pasajeros para evitar riesgos, como perder el vuelo, no tener reservación, o desconocer el idioma básico de la región visitada, es muy útil para muchos, pero hay otros formatos mucho más atractivos y aquí en Monagas lo tenemos, el turismo de aventura» y comenzó a mencionarlas «Las Puertas de Miraflores, en San Antonio propicias para la escalada, el recorrido del río Morichal, en toda la hermosura deltana y para ello está activada el Campamento Orinoco Delta, el recorrido por el río San Juan, y los parapentes en La Morrocoya, municipio Piar».
También se refirió al turismo religioso y puso como ejemplo que todos los hoteles se encuentran full en Barquisimeto en ocasión de la Procesión de la Divina Pastora, «aquí tenemos la Semana Santa en Caripito y en Caripe, pero para darle el realce que necesita hay que activar posadas turísticas que puedan ser visitadas por turistas de todo el mundo», agregó.
El experto hotelero dice que «nuestro país, Venezuela, cuenta con una variedad de climas y paisajes, que lo hacen versátil y poco aburrido, a la hora de pasar ratos en la naturaleza, sin necesidad de disponer de grandes capitales de dinero».
El turismo es la gastronomía, es todo ese conjunto de culturas, de identidades que hacen posible que pueblos ajenos se identifiquen con lo nuestro.
Señala que la mayoría de los turistas de aventura, en Venezuela, visitan las costas del norte del país, donde pueden acampar al aire libre, sobre todo durante la estación seca, que abarca del 15 de diciembre, hasta el 15 de mayo, con la ventaja de la precisión del clima venezolano, soleado y de un cielo límpido, sobre todo, a orillas de la mar. Por razones de seguridad personal, se sugiere que pernocten en una posada, a menos que conformen grupos numerosos, en la playa.
Pero Monagas ofrece campo, río, o montaña, sitios acogedores, con muchas opciones reales, y con gran variedad de actividades posibles, que van desde las caminatas, la observación de especies silvestres, la pesca deportiva, o la simple visita a los sitios más reconocidos del país, incluida la interacción con los pobladores.
Este turismo de aventura implica ciertos gastos ineludibles, que son mínimos si los comparamos con lo que se debe invertir en viajes de turismo convencional, los elementos básicos de primeros auxilios, y mantener un comportamiento ciudadano de respeto y buenas costumbres, asegurándoles que con ese comportamiento se les abrirán muchas puertas, aun cuando no las requieran.
Conocer los ríos, campos y montañas monaguenses es un privilegio inolvidable, y para que esas visitas sean lo más seguras y fructíferas están para eso las operadoras turísticas, lo importante es dar una gran valoración a nuestros recursos naturales, y a esos maravillosos pobladores campesinos o indígenas, que viven junto a la naturaleza, y que, con toda seguridad, representan los hombres venezolanos más sinceros, modestos y respetuosos que he conocido en toda mi vida.