García detalló que el Gobierno ha apostado por “no presionar demás la devaluación de la moneda mediante la inyección de divisas en el sistema bancario”.
A su juicio, esa decisión, combinada con el aumento de los ingresos mediante bonificaciones en lugar del salario integral, apuntaría a intentar contener la presión sobre el mercado cambiario y la brecha entre el valor del dólar oficial y el paralelo por debajo de 5 %.
Angustia en sectores de la economía
Indicó que cuando pasa del 5 % la brecha entre valor oficial y valor paralelo se produce una angustia en todos los factores de la economía.
Estima que la presión continuará debido a que el país tiene problemas para generar divisas, al igual que en 2022, pero con unos precios petroleros internacionales a la baja, marcados por el West Texas Intermediate (WTI) y con una cesta petrolera aún por debajo de ese marcador.
A su juicio, el gobierno deberá ser más riguroso con sus propios indicadores para sacar a la economía de la languidez y liberarse de la presión social.
Fue enfático al afirmar que “la gente no quiere retrocesos, sino mejorar su calidad de vida».
Para García el hecho de que se mantenga activa la migración de venezolanos, es porque la ciudadanía no ve salida a sus problemas.
Ecoanalítica: Venezuela está en la etapa mala del “rebote económico”
Los pronósticos de la consultora Ecoanalítica para 2023 son poco optimistas. Para este año prevén una tasa de inflación de entre 300 % a 400 %, un tipo de cambio por encima de los 34 bolívares por dólar y una variación para la economía de 4,7 %.
Las condiciones que propiciaron una recuperación de la economía venezolana en años recientes ya no impactan significativamente en la producción. Al igual que sucede en el rebote de una pelota, el país se encuentra en la parte baja, por lo que la expectativa es si volverá a subir. Representantes de la consultora Ecoanalítica señalaron en un foro organizado este jueves, que la menor actividad que se registra desde finales de 2022 continúa en la primera parte de 2023.
Destacaron que la merma en el consumo, la aceleración de la inflación y del tipo de cambio, así como una disminución del producto interno bruto (PIB) son reflejo de que el país se encuentra “en la etapa mala del rebote”.
Oscar García, dijo en el Foro de Cedice que la desaceleración de la economía venezolana obedece en gran medida al alza de la canasta alimentaria, la cual superó los 350 dólares. “Si entramos en un en un entorno de hiperinflación habrá una caída del consumo en los próximos meses”.
Indicó que los resultados que estiman para varios indicadores reflejan que la economía venezolana necesita poco para reactivarse, y “necesita poco para llegar a un tope”.
Las estimaciones de Ecoanalítica para este año son una tasa de inflación de entre 300 % a 400 % con un promedio mensual de entre 10 % a 12 %, un tipo de cambio por encima de los 34 bolívares por dólar y un PIB de 4,7 %. Un dato a resaltar es la proyección del empleo informal, que aunque señalan se va reducir un poco, es muy probable que se mantenga en 48 % de la población.
Indicó además que el financiamiento bancario seguirá siendo limitado en 2023 y si los impuestos continúan siendo muy altos se generará un impacto importante en la actividad económica de las empresas.
“Mucho de lo que ocurre en la economía venezolana está basada en la economía informal. Las divisas en efectivo representaban en noviembre 2,4 veces la liquidez en bolívares y en febrero se estima que haya sido 3,4 veces”, indicó.
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Redacción: Ernestina Herrera