El pasado siete de abril se cumplió un año de aquel día cuando un niño de doce años de la población de Caicara, municipio Cedeño del estado Monagas, murió.
Según el resultado de la autopsia practicado por los especialistas, arrojó que la cusa fue por ingerir comida descompuesta, que recolectó de un basurero cercano a su residencia.
Cuando han pasado 13 meses de aquel momento los habitantes del sector Las Delicias en la «tierra monera», aseguran que la situación de necesidad y carencias no ha cambiado nada y siguen padeciendo de cosas básicas como buena alimentación, agua potable y falta de fuentes de empleos.
Aunque los resultados de la autopsia indican que el pequeño Manuel Arzolar murió por consumir alimentos descompuestos en un basurero, la práctica de trabajar en el lugar se sigue realizando, algunos dependen de los escombros para generar dinero y otros poseen sembradíos cercanos a lo que sirve como relleno sanitario.
En el sitio permanece de pie, frondoso y desafiando al sol y la lluvia el árbol del cual el niño se recostó para calmar el dolor; hasta el día de hoy sigue siendo el recordatorio que se deben aplicar políticas gubernamentales que aseguren una infancia feliz y libre de hambre.
Vale la pena resaltar que Las Delicias es una comunidad en situación de vulnerabilidad donde habita un considerable número de familias y donde hay la presencia de gran cantidad de niños.