La falta de consciencia de la gente se hace más notoria cuando, en medio de la escalada del coronavirus en Monagas, la quema de desechos sólidos sigue siendo una recurrente práctica en la ciudad de Maturín, donde la exposición de los afectados por la pandemia, además de los que sufren otras patologías respiratorias, se ven obligados a respirar este humo tóxico.
En el caso de los pacientes de covid-19 esto representa un grave riesgo, que compromete incluso sus vidas.
En sectores como El Bajo Guarapiche, Boquerón, Las Cocuizas, El Silencio, Campo Alegra, Sabana Grande, Democracia, La Línea, La Pica, La Cruz, Zona Industrial, por mencionar solo algunos, la quema de basura y de monte ha generado preocupación en vecinos de estas comunidades, ante un alto número de personas con cuadros respiratorios no covid-19; así como adultos mayores, recién nacidos y niños.
La quema indiscriminada la realizan en horas del mediodía, cuando el sol está más recio. Columnas de humo se expande rápidamente, a tal punto que impiden la visibilidad de algunas calles.
De noche tampoco descansan, pues aprovechan que muchos duermen para iniciar el fuego y acabar hasta con campos llenos de maleza, unos para fines agrícolas y otros simplemente para agilizar la limpieza de los terrenos.
Son reiteradas las denuncias que se reciben a diario en El Periódico de Monagas de familias enteras afectadas por el fuerte humo que invade sus hogares y quienes tienen aires acondicionando deben apagarlos por la concentración del mismo dentro de las habitaciones.
Residentes de los sectores ya mencionados piden consciencia en estos tiempos, cuando acudir a un médico genera terror por los elevados costos de las consultas y medicamentos, que son casi casi imposible de cubrir.
El pasado jueves 22 de abril se celebró el Día Mundial de La Tierra, fecha que debe calar en la mente de las personas para el cuidado del medio que nos sostiene. Sin embargo, la celebración por este día fue la quema y exponer a un peligro de muerte a muchas personas.
En Las Cocuizas el fuego que iniciaron en el parque Padilla Ron llegó hasta las puertas de las casas de quienes residen detrás del lugar; el fuego corrió por toda la vegetación y casi produce una desgracia, lo que obligó a los vecinos a salir a media noche para controlar las llamas con tierra y agua.