Han pasado ocho años desde que se anunciara la entrega de la obra donde iban a ser beneficiados más de 250 comerciantes de la economía informal de Maturín en el estado Monagas, en estos momentos la comunidad se pregunta cuál va a ser el destino final que tendrá la obra.
Lo que debía ser una solución, hoy día se encuentra cerrado con candando, convirtiéndolo en un elefante blanco que costó cerca de cinco millones de dólares, 4 millones 920 mil de “los verdes” para ser más exactos; lo que, para el momento era el equivalente a 50 millones de bolívares, aproximadamente.
Según se pudo conocer, mediante las investigaciones realizadas y las consultas hechas por el equipo reporteril de El Periódico de Monagas, los recursos fueron asignados mediante el Fondo de Compensación Interterritorial, entre los años 2010 y 2013 para la culminación de la obra.
La humedad se ha apoderado de cada uno de los centímetros de la edificación debido a las filtraciones que presenta el edificio, lo cual ha generado la aparición de moho en las paredes y columnas. La basura, acumulada por años y que fue amontonada en un rincón aún permanece en el lugar.
“Eso allí era un centro donde los indigentes hacían sus necesidades y lo usaba la delincuencia para consumir sus sustancias o realizar sus fechorías. En una oportunidad hubo un acto en la plaza y fue cuando lo limpiaron por donde pasa la reina, como se dice popularmente”, aseguró un residente de la zona que prefirió no ser identificado.
El recinto estaba diseñado a base de dos sótanos que servirían como estacionamiento, tres plantas donde estarían distribuidos los locales comerciales, más una feria de comida en el nivel superior, todo conectado con escaleras eléctricas para la comodidad de los visitantes, convirtiendo el espacio en una referencia de la localidad.
En su oportunidad, los diferentes cuerpos de seguridad alertaron sobre el peligro que representa la edificación al no posee las condiciones adecuadas para albergar a los comerciantes.
La fachada del lugar, toda a base de vidrio y concreto la hacen atrayente a la mirada de los transeúntes, sin embargo, la belleza se pierde entre el polvo existente en los cristales y las marcas de agua que se deslizan por el concreto gris.
Si la edificación reúne las condiciones para albergar a los buhoneros no se sabe, hay aspectos técnicos que así no lo permitirían además el lugar que tiene la sede de la Gobernación, la Plaza Bolívar y la Iglesia San Simón pudiera ser un lugar perfecto para albergar una estructura de carácter cultural
Hasta ahora no hay señales que, la gobernación del estado o la alcaldía de Maturín, retomen los trabajos para la culminación de la obra y lo que la ciudadanía pide es una definición perentoria sobre la obra