El 21 de diciembre, para muchos es el día de la llegada del Espíritu de la Navidad, una tradición asimilada por el mismos proceso de transculturación, y que tiene que ver con la entrada y puesta del solsticio de invierno.
Es, en esta fecha, cuando la Tierra está situada al extremo del eje mayor, en el punto más alejado del Sol, y este hecho se le conoce como inicio del invierno para el hemisferio norte.
Ante este hecho, hace muchos años atrás, los pueblos nórdicos y celtas, con sus sacerdotes llamados druidas, realizaban rituales en esta fecha para invocar a las fuerzas de la naturaleza. Cada equinoccio o solsticio practicaban la misma costumbre, celebraban junto a las maravillas que le daba la madre naturaleza y le hacían peticiones a sus dioses.
De acuerdo al portal revistavenezolana.com (2019), se cree que el Espíritu de la Navidad es un espíritu o energía desciende a la Tierra para traer paz y dejar sus enseñanzas a la humanidad. Se le da la bienvenida a nosotros y a nuestros sitios abriendo puertas y ventanas, con la limpieza y esencia de mandarina, principalmente.
Tradicionalmente se realiza un ritual de bienvenida con el fin de aprovechar su fuerza, ya que concederá todo aquello que se le pida.
Si eres de la tendencia New Age o de otras tendencias espirituales afines, puedes poner en práctica los siguientes rituales:
1. Escribes tus cartas, con tiempo. Son 2: la de perdón y la de gratitud (con copias, ambas), con 21 peticiones de perdón, con 21 muestras de gratitud (en la de gratitud, vas a hacer tu petición, como si ya la hubieses recibido; estos son los 21 deseos).
2. Luego, limpia tu casa desde adentro hacia fuera con sal marina y limón, luego limpia de afuera hacia adentro con agua, esencia de mandarina y una vela blanca encendida mientras limpia, para purificar más el espacio.
3. Una vez que hayas limpiado tu casa (significa toda la limpieza, incluyendo botar todo lo que no te sirva que esté dañado irrecuperablemente), te bañas también con sal marina y limón, y al secarte, te agregas esencia de mandarina.
4. Prepara tu mesa con abundante comida y frutas, con impresiones de todas los objetos materiales que quieras (casa, carro, pareja, billetes), enciende inciensos de mandarina, y abre todas las puertas y ventanas. Quema las cartas del año pasado, de perdón y gratitud (si las tienes).
5. Da gracias por lo que tienes y bendice lo que viene, con tus propias palabras, lo que deseas obtener: los alimentos, tu chequera, tu monedero, tu nueva pareja, un billete de alta denominación, y bendice tu prosperidad. Es el momento de pedir. Tienes que cenar, y al terminar la cena, lees tu carta de peticiones con alegría y entusiasmo, y quemas la original y guardas tu copia para seguirle dando energía durante todo el año.
Necesitarás:
Al momento de comenzar el ritual, es necesario pronunciar una oración que marque la bienvenida a este maravilloso y bondadoso ser de luz a nuestro hogar. Para ello es importante, abrir ventanas y puertas, encender las velas y el incienso.
“En tu nombre, Amada Presencia Todopoderosa, doy la bienvenida al Santo Espíritu de Navidad, quien baja a este planeta con la misión de dar. Te saludo, te reconozco y te bendigo; te doy las gracias por la maravillosa labor de amor, alegría y paz que realizas.
Abro las puertas de mi corazón y de mi hogar a tu radiación, y te reconozco como huésped privilegiado al festejo. Demando, acepto, recibo y realizo una abundante provisión para mí, para mi familia, mis amigos y para toda la humanidad”.
Este texto puedes pronunciarlo o escribirlo en las hojas de papel antes de comenzar con los deseos, que deben ir en este orden:
Debes reunir 21 peticiones en total, o las que quieras siempre que sea un número impar. Luego de escribirlas, puedes quemar tus hojas o guardarlas durante todo el año e ir quemando poco a poco mientras se vayan cumpliendo tus deseos.
Posterior a este ritual, puedes celebrar un compartir con tu familia o amigos, para homenajear a este invitado especial con una cena, llena de alegría y agradecimiento
En Maturín recibir el Espíritu de la Navidad no es tan popular como decir «voy a celebrar la Nochebuena». Aunque no deja de reconocerse que existe la práctica de los rituales de esta energía dadora, no es de común denominador en la población.
Para Klaudia Aguirre, de La Manga, «en mi casa tenemos como quince años que lo practicamos. Limpiamos la casa un día anterior entre todas mis hermanas y mi mamá, y alrededor de las 10 de la noche del 21 de diciembre, comenzamos a escribir nuestras peticiones (las cartas), encendemos incienso de mandarina y canela, ponemos la mesa bonita, con mucha frutas sobre todo amarillas, más mandarina que otra cosa, porque lo amarillo significa oro, riquezas; y con sus adornos navideños, todas bañaditas, olorosas, limpias y una por una damos las gracias, pero no decimos en público lo que pedimos, o no al menos, lo más privado… allí pasamos como hasta la 12 de la madrugada, del 22″.
Por su parte, Jeanscarlos Medina, de Juanico, dijo, «yo no creo en eso. Para eso creo en neurolingüística, pero se respeta. Mi mamá y mi esposa lo hacen, y es como una mini-fiesta de Navidad en la casa, pero todo amarillo y dorado. Se compran muchas cosas de ese color. ¿Qué si se les han cumplido? A veces sí, otras no. Eso es cuestión de uno mismo planificarse, de poner de nuestra energía y no de un «espíritu» que a la final, tú ni sabes de quién o de qué es ese espíritu», afirmó el caballero.
Que quede claro: El Espíritu de la Navidad es entendido no como una persona, sino como una energía proveniente del centro del sistema estelar, que trae aquello imprescindible para los seres humanos, desde el amor hasta la paz. Es un espíritu al cual le pides. «Y a todo el que se le da, le será cobrado, eso es ley de vida. No sé cómo, pero nada de esto es gratis», enfatizó Medina al momento de la entrevista.
Siendo Maturín una ciudad de arraigo católico cristiano, es pertinente saber qué opinan los especialistas, en este sentido. Ante las posiciones variables, el sacerdote Silverio Osorio (@Padresilverio78), sostiene que «el único espíritu que debemos celebrar los católicos es el Espíritu Santo que recibimos en Pentecostés, el día de nuestro bautismo y confirmación».
Además, «fue el mismo Demonio quien tuvo la osadía de tentar al mismo Jesucristo en el desierto: «Te daré poder y te entregaré riquezas, si te arrodillas delante de mí (Lucas 4,6-7)», expone el portal pildorasdefe.net
Este día, 21 de diciembre es la última semana del Adviento, en la fe católica, para celebrar la Nochebuena (24 de diciembre) y la Navidad (25 de diciembre), y está relacionado con las lecturas eclesiásticas de la Visita de la Virgen María a su prima Isabel, del 31 de mayo «Día de la Visitación» – Ikerne).
El sentido verdadero de la Navidad es dar. El secreto de recibir, es dar; y dar con abundancia y desprendimiento. El Espíritu de la Navidad, lastimosamente, se ha convertido para propiciar el consumismo. Sin embargo, si crees en él, no dejes de pasar el venidero 21 de diciembre, con toda la energía de abundancia y vida que brinda la Navidad.
Fuente varias / Fotos cortesía
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