“El cielo escuchó nuestro clamor”, aseguraron quienes habitan la llamada “ciudad distinta”, por lo que festejaron y agradecieron con cantos a Dios por el “chubasco” que cayó en horas de la mañana sobre el suelo de Maturín y que amenaza con volverse a repetir en horas de la noche, según los diferentes reportes meteorológicos.
Los residentes de los sectores, que ya llevan más de 21 días en una agonizante sequía, aprovecharon de sacar cuanto recipiente se les cruzara en el camino para abastecerse de varios litros de agua.
“Así la tengamos que hervir, pero es bienvenida y nos cae de maravilla”, aseguraron los moradores, quienes están cansados de comprar agua, la cual debe ser cancelada muchas veces en divisas porque el Bolívar está devaluado.
Las improvisadas canales elaboradas con pedazos de tubo o láminas, sirvieron para recoger mayor cantidad del recurso hídrico que les regaló el Creador, “mínimo es que papá Dios quiere jugar carnaval con nosotros y por eso nos mandó este poquito agua”, dijo jocosamente Libmar Salas, quien reside en las inmediaciones de la avenida Rojas.
Afirmaron que vital líquido para las labores diarias del hogar que se han visto mermadas ante la inexistencia del mismo mediante tuberías.