Las ciudades guardan algunos elementos de infraestructura o de personajes que constituyen ese hecho inolvidable que hace que las recordemos. Se trata de una fusión de personas, de olores y en el caso de la gastronomía de sabores que la hacen especial y que las identifica. En esta oportunidad en el programa Gente de Monagas, que se transmite por la 104.5FM Tu Preferida, hacemos mención a dos personas vinculadas a ese sentir monaguense. Nos referimos al chef Francisco Vivenes, mejor conocido como «El Maute» y a Rossana Ercoli, de origen italiano, quien forma parte de la nueva generación del Hotel Palace, ubicado en la calle Infante, en el pleno centro de la ciudad de Maturín.
Franciso Vivenes dice que con la pandemia se reinventaron en el menú, hacen promociones todos los días y se acostumbraron a trabajar con el delivery, «a mantenernos a pesar de los dificultades abiertos, por supuesto, obedeciendo a todas las medidas de bioseguridad». «El Maute está ubicado ahora en la avenida Orinoco, estamos haciendo el punto, pero somos un restaurante reconocido y tenemos una clientela fija que digamos es fiel al restaurante, por eso me arriesgo y me siento comprometido con mi trabajo».
Vivenes se siente contento con el hecho de que un chef venezolano haya sido reconocido con una estrella Michelin, «la comida venezolana se está dando a conocer por todo el mundo y en los ùltimos tres años se ha extendido de una manera satisfactoria, digamos que la inmigración ha tenido un aliado en la gastronomía.
-Monagas no es solo cochino, cachapa con queso y sopa, conseguimos casería, está la nueva tendencia de los asados y los ahumados, la gastronomía local es variada e internacional, se consigue una variedad de pisillos, nuestra gastronomía es más amplia de lo que la gente considera, lo importante de un cocinero es conocer el gusto de sus clientes, administrar nuestros gastos, un dueño de negocio debe saber mantenerse con aliados, con precios aceptables, tener un menú distinto y estar atento a todo, ser chef y responsable de un negocio es un compromiso pero también es satisfactorio.
Rossana Ercoli nos dice que para muchos el Hotel Palace puede ser un negocio común y corriente pero para ella no, este hotel tiene una historia familiar de inmigración, parte de sus abuelos que salieron de Italia, de una Europa destruida después de la Segunda Guerra Mundial, se trasladaron a esta ciudad y a este país. «Este hotel tiene arraigo, recuerdos, remembranzas de tanto momentos felices, comenzó como Residencias Anitas, que era el nombre de mi abuela y después se trasladó hacia esta calle, la calle Infante y se convirtió en el Hotel Palace».
Recuerda Ercoli que en el centro se movía toda la actividad económica de Maturín, «tan solo ocho calles, la Plaza Bolívar, la plaza Ayacucho, al principio se llamó Hotel Oriental y después Hotel Roma. Mis abuelos, con sus cuatro hijos se instalaron aquí, mi abuela le alquilaba habitaciones a los italianos que iban llegando, en la actualidad tenemos 18 habitaciones que le ofrecemos a la gente seguridad, confort, y yo que me considero una mujer de negocios tengo muchos planes, tengo un certificado como cocinera profesional, por eso abriremos el restaurante en honor a mi abuela Anita, y el pool también será abierto, yo me he preparado para este hotel y tengo todo el arraigo familiar y la honra por mis abuelos de tal manera que habrá Hotel Palace para rato, la pandemia no nos detuvo, puede ser que detengamos por un momento los planes, es lógico que sintamos miedo, y el miedo nos ayuda a saber que estamos vivos, pero hay demasiada emoción, demasiados sentimientos como para que no pensemos en el futuro, nuestra historia nos fortalece y nos mantendrá, nuestros clientes se identifican con nosotros y saben lo que les aguarda cuando vienen, calidez por sobre todas las cosas».