Hoy tenemos emprendedores del estado Monagas que, con insistencia, compromiso y muchas ganas de seguir adelante, han impulsado sus emprendimientos. Así, Gente de Monagas programa que se transmite por la 104.5FM Tu Preferida, y conducido por la Licenciada Ernestina Herrera, presentamos historias de éxitos y de ejemplo para otros emprendedores que deseen y necesiten motivación para seguir adelante.
«Ahora es que entendí que soy una emprendedora… yo no sabía de ese término sino hasta ahora. Si es así, soy emprendedora desde hace más de 20 años», exclamo la creadora de «Los Besos de Nore (@losbesosdenore), de Noreirys Ramírez, emprendedora, ciertamente, de unos deliciosísimos dulces criollos, precisamente, de besos de coco y catalinas, también conocidas como paledonias o, populamente, «cuca».
«Yo aprendí a hacer besos de coco con los mejores besos de coco que me he comido en mi vida, que son los de Aura Sánchez, después vienen los míos…», expresa sonreída Ramírez porque sabe que está en lo cierto. De hecho, para asegurarse de que el producto se encuentra bien, aplica esta primera regla: «el producto debe gustarte a ti primero, para que le pueda gustar a otros… debes enamorarte primero tú de lo que haces, para que luego los otros se enamoren». Ramírez se declara amante del «beso de coco» es «el dulce que yo quiero, es el dulce que a mí me gusta».
Ramírez explica: «aprendí a hacer los besos en Tucupido, siempre iba a su casa a observar (a la casa de la Sra. Aura), a ver cómo se hacían… yo le colaboraba rallando el coco, limpiando los utensilios… veía, y pues, por supuesto, probaba el resultado… a Aura no le gustaba -ni le gusta- que le metan las manos, no. Ella decía: se agrega tanto de clavitos, tanto de esto, tanto de aquello… y yo, ¡yo te lo monto!… así, pues, ayudaba y observaba…» describía Ramírez muy risueña, sobre cómo pudo captar tan importante aprendizaje reflejado en el sabor de sus productos.
Expone Ramírez que ella comenzó con esto en «el 2002-2003, cuando quedé sin empleo, tuve que empezar de nuevo, fuerte, para trabajar para mi familia… entonces, fue que decidí hacer dulces tradicionales, específicamente, este, el de los besos de coco, que hasta hoy en día son, básicamente, la mejor expresión de mi emprendimiento».
«Para eso del 2011-2012 volví a ir a Tucupido y vi que estaban vendiendo cucas rellenas… entonces, me pregunté ¿y si las hago yo, cómo quedarán? El resultado: unas sabrosísimas cucas rellenas de dulce de piña que me piden a cada rato, al igual que los besos», expresa contenta Ramírez, al recordar su experiencia en las ventas.
Además de tener a los «besos de coco», Ramírez expresa que sus dulces tienen nombre » las cucas peladas cuyo nombre es «QK-S» son las que no tienen nada, las tradicionales; y las cucas rellenas, son la que la gente le llaman «las peludas», que son las que tienen dulce de piña por dentro, todos son una sabrosura en dulces. También las hay rellenas con guayaba, arequipe, y actualmente con dáctiles», asintió.
También explicó que «las relleno de lo que pida el cliente, también, claro… pero las más vendidas son las que están rellenas de piña», enfatizó Ramírez. » Además, tengo esos mismos besos de coco y esas cucas para las personas celíacas… las hago de harina de yuca, así como las galletas tipo Newton, con papelón», explicó.
Ramírez expresa que ella entendió que, para ser emprendedor, «debes ayudar a otros emprendedores. Esta experiencia de vida te permite conocer a otros emprendedores y entonces, sabes que estás coincidiendo con otro, y con otros, y te alineas en esa buena energía, en esa buena vibración… cuando reconoces «quién eres», ese Ser sabe «qué hacer» y te da «el tener». Eso me pasó y me pasa siempre con mis besos de coco y cuca, yo sé quién soy, reconozco quién soy, qué amo, qué me gusta, y lo hago, y hago feliz a la gente con mis dulces».
Ramírez viene a la entrevista con un libro en sus manos. Y es que se encuentra leyendo «Ámate a ti mismo» de Louise Hay, un libro para hacer un trabajo de ejercicio personal y encontrarse. Y como buena tadehuísta que es, se presenta entusiasta, optimista, con fe, diciendo que «esa fuerza, esta fortaleza que siento es esa acumulación de experiencias, conocimientos, de saber sacarle el lado bueno a la vida, y superar los obstáculos… insistir, construir, hacerlo de la mejor manera».
«Mis clientes me solicitan besos de coco por encargo desde Chile, Ecuador, Canadá… y hasta en Italia», expresa Noreirys Ramírez. «Un día una chica de aquí que se fue a vivir para Chile puso a su mamá a correr, diciéndole «mamá, busca esa señora, la que hace los besos de coco riquísimos, y me los envía», y así fue, mis besos fueron a parar allá, y otros en Italia».
Un sueño de Noreirys Ramírez es que, definitivamente, sus «besos de coco» sigan siendo disfrutados por todo el Mundo; en cualquier parte del globo terráqueo. De hecho, tiene soñado un recorrido por el Mundo, para vender y dejar sus «besos de coco» en cada «lugar donde me pare, venderlos, agarro la inversión, y sigo viajando con ellos, voy avanzando de país en país, y los sigo haciendo».
«A mí me dicen que vendo «el combo erótico» de los dulces», comenta en forma jocosa Ramírez. Y no se extrañe que en los pasillos de las empresa vinculadas a la industria petrolera, así como en las oficinas, tiendas, reuniones de amigos, e incluso, en la escuela, escuche decir «¡qué sabroso son los besos y las cucas de Nore!», por aquello de la idiosincrasia venezolana que tanto nos caracteriza, más, si somos felices al comer tan deliciosos dulces criollos.
«Los besos de Nore» pueden ubicarlos por su cuenta de Instagram ya mencionada, y por el número de teléfono 04249078853. Comerlos, disfrutarlos, es una experiencia única. Su paladar se lo agradecerá.
«Este onoto fue el que yo les di a los dueños de tierra que están a mi alrededor, allá en mi propia casa, en mi finquita… y se los di con la condición de que me ayudaran a sembrar, de que no se preocuparan, yo mismo se los iba a comprar», fueron las palabras de Pablo Larrabe, emprendedor de «El Conoto», ante la desesperante situación propia y de sus vecinos al ver que la cosecha de onoto se les perdía por la humedad, presentando él una solución: secarlos y molerlos a tiempo, con maquinaria especializada para ello.
Explica Larrabe que la cosecha de onoto en un sector vía La Esperanza, «se perdía todo por culpa de la humedad. Y yo dije: bien, hagamos algo, ya que me quedan algunas herramientas, construyo un horno, sequemos y busquemos la manera de obtener un producto mejor, y vendamos». Y así fue. Hoy en día tiene alianzas con sus vecinos, principales proveedores del mismo onoto que Larrabe les dio para sembrar, y que , por su sabia planificación y conocimiento del proceso, obtuvo varios productos.
Larrabe profundiza en su explicación, que «esto es un proceso. Hay que esperar que las plantas crezcan… hay que esperar que se seque para poder venderlo… la cosecha se da entre noviembre y diciembre, y justo en este mes, en el de diciembre, es que más demanda de onoto hay». Detalla, indicando que «la semilla que conseguí es de Brasil, una planta más pequeña que produce en 2 años… además, el onoto criollo es más amargo, este es más aceptado, sabe mejor».
Larrabe aplica el outbound marketing, es decir, que vende de puerta a puerta «al mayor, a comercios que ya estudié previamente… hice un recorrido de al menos unos 300 negocios. Dejaba una muestra y pasaba a los 15 días… después de esos 15 días, la gente solicitaba más productos porque eran muy buenos… decía: por favor, véndame más, déjeme uno, dos docenas… yo vendo a volumen a miniabastos, bodegas, negocios… «.
Larrabe, en consecuencia, hace él mismo el producto, todo lo que implica, desde la misma cosecha también junto a sus vecinos, así como todo el proceso de secado, empaquetado y mercadeo, inclusive. Así, el emprendedor Larrabe ofrece productos económicos, concentrados, y los ofrece en lotes.
Y, a confesión, este onoto sí pinta la comida. Al usarlo, usted observará cómo queda el pollo, un arroz…» a la gente no le gusta comer blanco, a la gente le gusta su colorcito en el plato, y este onoto le da eso… las comidas se ven más sabrosas», sostiene Larrabe cuando habla sobre su producto.
«El Conoto» tiene la línea de pasta de onoto en diferentes presentaciones, tanto de tamaño como de sabores. La más pequeña es de 1 onza (25 ml). Los sabores son: natural, con ajo y sal, comino y orégano, y picante. También tiene las salsa instantáneas de orégano y chorizo. Todos sus productos son artesanales.
«La gente me decían que estaba loco… un vecino se reía de mí, y yo le di mi palabra que yo iba a crecer y él también, y hoy lo demuestro… Comencé con 75 bolívares de inversión y me compré una máquina de moler en 20… mi esposa me dijo, ¡Ah, eso se te va a echar a perder rapidito!, y aunque así sucedió , ya yo había molido y sacado onoto para vender… y como no soy hombre de peleas, sino de trabajo, le demostré a mi vecino y a mi esposa que sí pude… ella creyó… hoy me ayuda, es mi mayor aliada, junto a tres personas más que tienen empleo gracias a este emprendimiento».
Productos «El Conoto», representando en Pablo Larrabe puede ubicarlo directamente al número telefónico 0412-8349190
Sebastián Cortés (@grupomiller.ve y millermobiliarios) presentan un emprendimiento familiar, ya con la ventaja de ser un empresario con amplia experiencia en fabricación de equipos mobiliarios tradicionales, fabricados en hierro y con carpintería; se presenta hoy ofreciendo módulos flexibles, adaptables a los nuevos espacios que impone la tendencia, en distintos lugares lo son en los hogares, locales y oficinas.
Manifiesta Cortés que «la empresa inicia con mobiliario de mercado, metálico… y con los años, mobiliarios de oficina… ahora la diferencia que hace es este momento, de este emprendimiento, es que ofrecemos mobiliario para la casa… con la actualización, estamos ofreciendo mobiliarios adaptables, mobiliarios arquitectónicos, ya no es el mobiliarios estandarizado, como antes, que lo compró así y así se fue, estático… «.
Cortés indica que «ya ahora hacemos decoraciones con el mobiliarios, combinamos los colores, hacemos mobiliarios arquitectónicos por supuesto, sin dejar el mobiliario estándar que todavía seguimos fabricando como escritorios, sillas… actualmente la compañía se ha fusionado y por eso se llama Grupo Miller, como el nombre de mi padre», apoyando las nuevas ideas y acciones, en este sentido.
Cortés indica que actualmente «todo el mobiliario que se está presentado es modular, y se va adaptando a medida de las necesidades del cliente… fabricamos nosotros mismos, fabricamos para las cocinas, para el comercio… en el tema de las cocinas estamos pendientes con el Showrunner con el nuevo concepto de cocina que vamos a traer nosotros, con dos líneas, la Europea y la de Estados Unidos, una tendencia muy funcional, muy bonita», enfatizó.
Un emprendimiento que inició buscando una alimentación saludable para contrarrestar las consecuencias del COVID es «Criollo Fries». Este emprendimiento está constituido por empanadas que se vende empaquetas al vacío, o fritas, en el local de «La Casa del Cupcake», un emprendimiento hermano, que actualmente le está brindando su apoyo.
Norma Fersaca, la emprendedora, ser ríe al contar su historia porque «mi hermana decía: ¡ya vienes tú con tus pegostes para comer sano!, al hacer referencia a la mezcla de calabacín, zanahoria y auyama, por mencionar algunos de los ingredientes que llevaba la masa de la empanadas en sus momentos de ensayos… pero no, le demostré que esas mezclas, esas combinaciones daban una mezcla muy sabrosa para ser la masa de las empanadas tipo pasabocas».
Las empanadas vienen con distintos rellenos. Está la de carne molida con nuez y especias árabes, la carme mechada con comino, pollo mechado con vegetales, de «pastel de chucho», de queso de cabra con albahaca, y la especial, que lleva el «secreto de la casa», de un sabor semejante al quipe, sabrosísimo.
Todas sus masas son realizadas con distintas verduras, a gusto del cliente, tales como batata (chaco), yuca, auyama o con vegetales. Puede solicitarlas también de harina de maíz tradicional. Igual, «hacemos los tequeños así, por encargo. Lo especial de estos tequeños es que, si lo solicitas, podemos ponerle un topping de mermelada hecha de mora o de guayaba».
Cabe destacar que todos los guisos de estas deliciosísimas empanadas que prometen a repetir, no llevan aceite. «Recuerden: todas las empanadas son de tipo pasabocas, y están empaquetadas al vacío, congeladas, ya listas, para qur las pongas al hornos o a freir, como gustes», enfatiza Fersaca.
Al momento de redactar esta nota, a este emprendimiento le están abriendo sus respectivas redes sociales.