Venezuela enfrenta una crítica escasez de diésel que ha paralizado buena parte de la actividad económica que subsiste luego de casi ocho años de recesión.
En este sentido el presidente de la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), Armando Chacín, alertó que la seguridad alimentaria de los venezolanos está amenazada por la falta de este hidrocarburo.
Chacín denunció que no están asignando los cupos en las estaciones de servicio que le corresponden al sector y se han visto obligados a acudir al mercado negro para garantizar la operatividad de sus maquinarias agrícolas y generadores de electricidad. Indicó que los precios van desde uno a tres dólares por litro de diésel.
Advirtió que hay una parálisis técnica, debido a que es casi imposible trabajar. El presidente de la federación expresó que los alimentos más económicos que hay en Latinoamérica, los hay en Venezuela.
“Un kilo de carne en pie aquí cuesta un dólar contra dos dólares que está en el extranjero; quiere decir que nuestras estructuras de costo no soportan los precios del diésel y la gasolina”, dijo.
Tras la situación nuevamente respaldó la propuesta del sector privado de importar combustible. Sin embargo, no han obtenido respuesta oficial.
“Vemos con mucha preocupación que no hay ninguna autoridad que nos aclare y la preocupación es que sabemos lo que está pasando en el campo, no se están produciendo los alimentos necesarios”, expresó.
El inventario del diésel, dependiendo de cada región, está alrededor de15%, asegura Celso Fantinel, nuevo presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), al ser consultado sobre las existencias de combustible.
Ratificó que la región de Occidente ahora enfrenta además escasez de gasolina y esto imposibilita la movilización de los productores a sus unidades de producción, lo que representa un gravísimo problema que afecta el proceso de producción.
El nuevo líder del gremio agrícola advierte que todavía están a la espera de respuesta a la solicitud hecha al Gobierno y a la Comisión de Diálogo de la Asamblea Nacional para que se les permita la importación de diésel en forma directa.
Advierte que a pesar del esfuerzo del sector privado, asociaciones y productores; de sacar adelante la producción nacional y elevar el porcentaje de siembra con respecto a la de 2020, actualmente se abastece solo 30% de las necesidades de la población, contradiciendo las afirmaciones del oficialismo al señalar que en el país se produce 82% de los alimentos que se consumen en Venezuela.
“Estamos haciendo un esfuerzo para afrontar la dificultad del diésel y lograr una siembra donde pudiéramos tener una ligera recuperación, pero vemos que al no tener diésel muchos productores van a desistir”, aseguró.
Destacó que en el occidente del país queda apenas una semana de siembra en el cultivo de maíz y en el arroz, admitiendo que hay una ventana que pudiera darse para un mes más.
Fantinel lamentó que las cosechas del año 2020 fueron similares a los años 70’s, en rubros como maíz blanco y amarillo, cuando apenas se logró cubrir un 22% de las necesidades.
Destaca que casi el mismo escenario se evidenció en rubros como el arroz, que ni siquiera llegó a 20%, y en hortalizas, ya se ha caído a menos de 35% de las necesidades.
No obstante, el rubro que ha logrado mantenerse puede ser el café, sobre 30%, y con respecto a la caña de azúcar “ni siquiera se podrá abastecer 25%”.
“Esa es la realidad. Todas estas dificultades las hemos venido padeciendo después de la expropiación de Agroisleña, ya que Agropatria la convirtieron en un nicho de corrupción, luego dirigieron los créditos a los adeptos al Gobierno dejando de lado 80% de los verdaderos productores”, aseguró.
Ratificó que esta situación ha hecho que el sector agrícola vegetal venga retrocediendo desde al año 2010 y que haya que importar 70% de los alimentos.
“Así vemos como llegan barcos de maíz amarillo, blanco, arroz, azúcar refinada, entra soya”, agregó.
Afirmó que es un proceso que se registra en detrimento de la producción nacional y ocurre ante la mirada complaciente del gobierno.
«Pareciera no importarle a nadie«, dijo Fantinel.