Para muchas personas la tecnología aún no «es su fuerte». Por eso, ver y oír la Santa Misa Católica por Youtube, en el teléfono celular, computador personal o por televisión no es igual que estar presente en el templo. Solo las misas por radio brindan «cierta cercanía», por lo que sigue ganando espacio entre los fieles creyentes. Sin embargo, bajo medidas de bioseguridad, llegó el momento de la presencialidad.
Luis Frigara (padre), Ministro de Comunión y Coordinador Parroquial de la Iglesia “Cristo Resucitado”, expresó: “Gracias a Dios se nos permite revivir la experiencia, ese encuentro como católicos que somos, un encuentro muy personal, unidos en oración por Maturín, por Venezuela, por el mundo entero, Seguimos en oración, no solo en Semana Santa… en oración y planificando y trabajando por el tiempo de Pascua que viene, Pentecostés… en oración, siempre”.
Cabe destacar que Venezuela es rica en mitos y leyendas. Y uno de ellos, muy bien acertado, es la leyenda del Nazareno de San Pablo, donde historia, cultura y tradición se conjugan.
La primera, del siglo XVII, aunque es falsa, pero aún se cuenta, fue la respuestas del mismo Nazareno, ante su propio tallador, quien falleció una vez que escuchó decir: –“¿Dónde me has visto que me has hecho tan perfecto?”
La segunda en 1969, en Caracas, cuando la ciudad y sus pobladores fueron azotados por una epidemia de Fiebre Amarilla o «Vómito Negro»; una verdadera peste, en el vaivén de la procesión, la corona de espinas del Nazareno quedó enredada en un limonero, donde el estremecimientos de sus ramos hicieron que sus frutos cayeran al suelo.
Con ellos, las personas sorprendidas por el “mensaje divino”, entendieron que el limón (su jugo) los ayudaría a combatir la peste, y así fue; lo usaron como medicamento y sanaron.
Actualmente, muchas personas a causa de la pandemia del COVID-19 hacen lo mismo de aquella época: usar limón y encomendarse al Nazareno.
De hecho, gracias a esta experiencia, Andrés Eloy Blanco logró un acertado poema titulado: “El limonero del Señor”.
Otra leyenda falsa, según historiadores e investigadores, es el susto que se llevó el Presidente Antonio Guzmán Blanco en 1888, con “su aparición”, donde el Nazareno de San Pablo le reclamó: “¿Qué has hecho con mi templo?”, a lo que Guzmán pálido y tembloroso (por descomposición estomacal) salió del recinto donde ambos estaban, “dejando el pelero y marcando la línea amarilla”.
Muchas historias del Nazareno pueden surgir. Todo está en la fe del creyente. Y en quienes, en tiempos de Semana Mayor, revive, renueva y se encuentra con Jesús, el resucitado, esta vez con la conciencia de cuidarse y de cuidar a los demás a causa de la presente pandemia.
Nazareno de San Pablo. Foto cortesía: www.feyalegrianoticias.com