Los habitantes de la capital monaguense agradecieron al cielo por la lluvia que se registró este martes en horas de la mañana y que permitió el buen clima durante el resto el día.
A criterio de los maturineses, el agua caída del cielo “llega como una bendición luego de días de intenso calor”, por lo que destacaron que la misma cayó para refrescar la jornada.
“Gracias a Dios, porque el calor era inaguantable y nos estábamos muriendo. Muchas personas sufrimos de hipertensión y teníamos que estar con una toalla húmeda en el cuello para contrarrestar la sensación térmica”, dijo Carmen Rondón quien reside en Los Guaritos III.
En algunos sectores de la ciudad, donde no llega agua por sistema de tuberías, aprovecharon la oportunidad para sacar unos pipotes y recoger unos cuantos litros para tenerla almacenada la cual servirá para realizar las labores diarias del hogar.