Más de millón y medio de personas, la mayor movilización que se recuerda en Portugal, asiste a la misa de despedida del papa en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, ocupando una explanada equivalente a más de un centenar de campos de fútbol.Esta ceremonia ha atraído a la mayor movilización de esta edición de la JMJ, la primera que se celebra tras la pandemia.La multitud estalló en una ovación cuando el papa llegó al recinto donde peregrinos llegados de todo el mundo pasaron la noche acampados en vigilia.La respuesta de la comunidad católica ha desbordado las expectativas de la organización de la JMJ, que esperaba un millón de personas en el parque, rebautizado como «Campo de Gracia» durante esta celebración.El papa, que llegó a Lisboa el día 2, ha cumplido una apretada agenda que le llevó el sábado al santuario de Fátima y que concluye hoy con un encuentro con voluntarios tras la misa.
La aerolínea portuguesa TAP informó este viernes a través de un comunicado que reanudará los vuelos hacia Caracas el próximo 21 de junio, luego de dos años sin operar esta ruta.TAP aseguró que a partir de esa fecha llevaran a cabo dos vuelos semanales, los días martes y jueves, en un avión modelo A330neo con capacidad para 298 pasajeros. MIRA TAMBIÉN Estados Unidos estudia la posibilidad de restablecer vuelos directos con Venezuela MIRA TAMBIÉN Estados Unidos estudia la posibilidad de restablecer vuelos directos con Venezuela Por otro lado, la aerolínea indicó que previo a la reactivación de los vuelos con conexión Caracas-Lisboa, efectuará tres viajes especiales los días 21 de abril y 5 y 6 de mayo respectivamente.La aerolínea TAP había sido suspendida en febrero de 2020 cuando el gobierno nacional adoptará la medida por 90 días, tras acusar a la aerolínea de violar normas de seguridad internacionales al permitir el transporte de explosivos en un vuelo procedente de Lisboa hacia la ciudad capital de Caracas, donde además se trasladaban el líder opositor Juan Guaidó y su tío Juan José Márquez.Con la reanudación de los vuelos entre Caracas y Lisboa se verá beneficiada la comunidad portuguesa que hace vida en el país, la segunda más grande de Latinoamérica solo por detrás de Brasil.