7May2024

El machismo: revuelto y activado

Por: Gloria Cuenca  |   8 Nov, 2023 - 11:09 am

Pido perdón a mis congéneres mujeres por
haber bajado la guardia con relación al tema del
machismo. Ilusa de mí, rodeada de hombres
maravillosos, para nada machistas, creí que se
extinguía la “tara del machismo”. Es una tara:
“defecto físico o psíquico que tiene una
persona” 1 así, dice el Diccionario Clave, mi eterno
compañero; también “defecto que disminuye el valor
de una persona”. Lo podrán observar: es un defecto y
una tara. ¡Por favor, no vanagloriarse de algo tan
atrasado y vil! Venga de donde venga. Sí lo
estimularon los padres, los varones, es una tara y si
fueron las mujeres, madres, las responsables de
implantar ese defecto a los hijos, se trata de lo
mismo. Un lastre para la vida, el desarrollo, el
crecimiento y la armonía del humano. ¡Pobres
machistas! Su principal mortificación consiste en
demostrar algo qué debería ser “obvio”: son hombres.
¿Se les nota, son hombres? ¿Hay dudas? Poderosos,
físicamente más que nosotras, supuestamente:
resuelven todo. Han estado al mando del país, de la
región, del planeta, por años y décadas, los últimos,
los peores. Se les siguió y apoyó. Ahora se muestran
contrarios, a la posible conducción y el liderazgo de
una mujer. Aparecieron algunos machos, disimulando
su rabia y frustración por el éxito de María Corina
1 Pp.1731. del Diccionario Clave. Edit. S-M, Madrid. 1997.

Machado. Algunos se dan cuenta de lo mal visto de su
postura y se esconden en “análisis, disquisiciones,
teorías y demás”; intentan descalificar el logro de la
mujer que ganó, por arrase, en las primarias. Esa
reaparición de “mal activismo machista” resurgió-eso
creo- después de estar ¿escondido, latente, sometido?
Lo padecí en mi juventud. En el periodismo resultaba
extraño ver a una mujer reportera: supuestamente,
era oficio de hombres;(y, de algunas mujeres “livianas
de casco”). Creí se había superado. En la Universidad
Central de Venezuela, donde trabajé por más de 45
años; luche con fuerza y afán, conocimientos, trabajo
y dedicación contra esa tara. Supuestamente la “tara”
se había acabado; esto sorprendió. No imaginé tal
conducta en determinados individuos. ¿Reapareció?
Repentinamente, volvió a las andadas. Desde que
comenzó la pandemia se incrementaron en todo el
planeta y también en Venezuela, los casos de
feminicidios y el infanticidio en las niñas. He prestado
relativa atención a esos sucesos. No obstante, las
cifras de más 150 casos de feminicidio, en lo que va
del año, son traumatizantes. Resultó un impacto.
Algunos son, francamente vergonzosos y humillantes;
difíciles de creer a estas alturas del siglo XXI. ¿Se
piensa qué, dando un pequeño préstamo en dinero, a
las mujeres, se resuelve el drama?
Un “corazón sentimental,” decía Stefan Zweig: “es
un miserable patrimonio”. Lo tengo, sin duda. Frente
a ciertos horrores, me descompongo. No tengo la
fuerza necesaria para ir al fondo de esos hechos.
Procuro no profundizar en ellos. No soy la misma. Me
cuido para no angustiarme, sin poder hacer casi nada.
Vivo cada día. Las informaciones noticiosas sobre el

conflicto desatado por los terroristas de Hamas, han
puesto sobre el tapete, la increíble maldad humana: y
lo que el fanatismo es capaz de producir y hacer. No
resulta fácil aceptar que, la “condición humana”,
(Hannan Arendt dixit) es una vergüenza. Decían los
griegos: “todo se resuelve en la persona humana”. La
verdadera categorización que utilizaremos, no más
entre izquierdas y derechas, musulmanes, católicos y
judíos, negros y blancos, ricos y pobres; la distinción
es entre gente humana decente e inhumanos
indecentes. No hay otra forma de entender los
hechos, sino a partir de esta nueva definición. Lo
siento, no les gustará a los psicólogos, sociólogos,
educadores, comunicólogos y politólogos. Es una
aproximación para entender el mundo: “En la era de
la comunicación e información humana y
tecnológica: el mundo se divide, entre humanos
decentes e inhumanos indecentes”. ¿Superficial,
banal, poco serio? No importa lo que digan. Eso siento
y expreso. No puedo dejar de pensar en las niñas
violadas y maltratadas, abusadas en todo sentido; en
las ancianas agredidas, secuestradas, en las mujeres
aplastadas por el peso fisio-psicológico, de quien se
siente todopoderoso, siendo un infeliz. Inseguro,
patán y sin saber a ciencia cierta, ¿Quién es? ¿Será
varón, un hombre?, A todas estas: ¿Qué es la
masculinidad? Estaríamos de regreso al mundo de las
cavernas, no a la de Platón, sino a la de la prehistoria,
cuando los hombres arrastraban a las mujeres por los
cabellos y andaban con un garrote a cuestas para
hacerse respetar. Aquí en Venezuela, un supuesto
“ente político” amenazó, “con sacar a co…. de su
territorio” a la hoy candidata de la oposición. Un

alerta: ¿Quién es esta gente? ¿Son entes o qué? Al
recordar la historia, ¡qué vergüenza! En pleno
parlamento ya hubo agresión. ¿Y los machos? Bien
gracias. ¡Pido a Dios! ¡Por favor! Ojalá el primitivismo
expresado por ignorancia, mala fe e inconsciencia
después del arrollador éxito de las primarias y la
candidata elegida, no termine en una situación de
violencia. Resalta frente al mundo democrático su
poca valía como humanos, (son del grupo de los
indecentes) al pretender castigar al país por expresar
su profundo rechazo, contra el régimen hambreador,
agresivo, insultante y retrasado, sostenido, por 25
años. ¡Dios nos ampare!

Gloria Cuenca

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