El papa Francisco insistió en que «no se bendice la unión, sino simplemente a las personas que juntas lo han solicitado», en relación con la reciente aprobación de la bendición a las parejas homosexuales o en situación de irregularidad para la Iglesia.
El papa reafirmó este concepto sobre la declaración ‘Fiducia supplicans’, que autoriza la bendición de parejas homosexuales o divorciados vueltos a casar, al recibir hoy a los miembros del Dicasterio para la Doctrina de la Fe cuyo responsable, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, fue el redactor del documento.
Para Francisco, «la intención de las bendiciones pastorales y espontáneas es mostrar concretamente la cercanía del Señor y de la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en diferentes situaciones, piden ayuda para continuar a veces para comenzar un camino de fe».
«No la unión, sino las personas, naturalmente teniendo en cuenta el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive y las formas más adecuadas de hacerlo», aclaró el papa.
En su discurso a los miembros del ex Santo Oficio, el papa indicó: «No debemos cansarnos de insistir en la primacía de la persona humana y la defensa de su dignidad por encima de toda circunstancia».
Francisco había aclarado en una reunión a puerta cerrada con el clero romano el pasado 13 de enero que esas bendiciones «no cambian la doctrina del sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer «y que «se bendicen las personas, no el pecado», según informaron los medios vaticanos.