Después que ocurriera el milagro con el limonero en la esquina de Miracielos en la capital del país hace más de 100 años, la fe y la devoción por la imagen del Nazareno creció rápidamente y se extendió a lo largo y ancho del país, por lo que cada Miércoles Santo, miles de personas acompañan la imagen del Cristo sufriente en la procesión.
En el estado Monagas, son varios los poblados y parroquias donde la feligresía católica se agolpa a pagar promesas al “Nazareno Bendito”, por los favores recibidos o como acción de gracias.
Caripito, capital del municipio Bolívar, al Este del estado, es la comunidad donde mayor arraigo existe por esta tradición; propios y visitantes participan de la peregrinación que se lleva a cabo en horas de la mañana, y que parte desde la plaza Bolívar para culminar en el monumento situado en la entrada del poblado y en horas de la noche acompañan la procesión de la imagen que recorre las calles.
La Catedral Nuestra Señora del Carmen en Maturín, es otro de los puntos donde se congrega gran cantidad de personas, para este año se retoma la procesión con la figura cargada en hombros de los devotos. El párroco de dicho templo, Presbítero Samael Gamboa, aseguró que esperan recibir al menos unas nueve mil personas.
Si algo caracteriza también a esta devoción es el uso de la Orquídea como elemento principal para adornar la sagrada imagen del Cristo sufriente. Aunque en el estado, no existe la tradición como tal de usar solo esta flor para los adornos, son muchas las personas que se acercan a las iglesias, un día como hoy, a donar la cosecha de este regalo de la naturaleza.
En Caripe, posee un clima que permite el cultivo de la Orquídea para la época de Semana Santa, motivo por el cual feligreses acuden hasta el llamado “Jardín de Oriente”, para comprar docenas de esta flor y ser donadas a algún templo para colocarlas a los pies del Nazareno.
Vestirse o usar túnicas de color morado, caminar descalzos o de rodillas, ofrendar alguna pieza en oro o plata e inclusive donar la medalla o anillo de graduación; son otras de las costumbres que tienen los venezolanos para venerar la imagen que recuerda los dolores y sufrimientos diarios que cargan a cuestas al estilo del Nazareno.