El icono de la capital monaguense sin duda alguna es la catedral Nuestra Señora del Carmen. Es una edificación con características modernas. Su forma en cruz latina, la enorme cúpula y las dos torres de más de 70 metros de altura, la hacen única en su estilo en toda Latinoamérica.
En la actualidad, el principal centro religioso del catolicismo en Monagas, presenta una series de problemáticas que deben ser abordadas de forma inmediata para evitar daños mayores que puedan comprometer la infraestructura de la misma.
Con la puesta en marcha del sistema de aires acondicionados, el constante drenaje de los climatizadores ha provocado que la pintura de externa de lo que se conocer como la girola (parte trasera de la catedral con forma circular), específicamente en la zona de la sacristía y el cuerpo central foráneo se vea afectada a tal punto de crear moho en la pared.
La fachada del recinto también amerita se le hagan correctivos a tiempo. Al pie de la torre situada del lado de la avenida Bolívar, el granito ha empezado a desprenderse, dejando al descubierto el cemento que recubre las columnas.
La pintura de la fachada se encuentra agrietada y en algunas áreas se ha desprendido. En la cara visible del templo, también se puede observar cómo han empezado a crecer plantas, lo que, de no corregirse a tiempo pudiera ocasionar erosión y grietas que conllevan a filtraciones en tiempos de lluvias.
Los feligreses que constantemente acuden al templo católico a realizar sus plegarias, aseguran que mantener una edificación como esa resulta costoso ante los pocos ingresos que por colecta o realización de alguna actividad se puedan generar.
Ante esta situación exhortaron a las autoridades con competencia a extender una mano solidaria que ayude a la preservación integral del edificio y que es símbolo de la ciudad. Destacaron que se trata de una edificación arquitectónica vanguardista y que es referencia a nivel nacional.
Asimismo, resaltaron la labor que hasta ahora viene ejecutando el Pbro. Samael Gamboa, quien es el párroco del recinto, según expresaron los devotos católicos, se ha hecho un trabajo de “hormiguitas” para la magnitud que representa la catedral de Maturín.