Lo que hasta hace unos meses atrás era un trabajo más o menos rentable según sus protagonistas, hoy ven cómo paulatinamente los ingresos han disminuido debido a la poca venta que se registra en el Paseo de las Empanadas, situado en la avenida Libertador de Maturín.
Quienes de forma diaria se dedican a este oficio, aseguran que las ventas han caído hasta en 40 % debido a la situación económica que atraviesa el país y por ende la ciudad.
Gledys Rondón, tiene 24 años trabajando en la referida avenida ofreciendo el alimento, durante este tiempo fue testigo de la construcción del paseo y posteriormente le tocó observar cómo se ejecutaban labores de remodelación que permitiera brindar un mejor ambiente a los comensales.
En sus palabras explican que “existen dos turnos de 14 personas cada uno, sin embargo, quedamos solo seis vendedoras del turno diurno; las ventas han bajado y nosotras debemos recorrer la ciudad buscando los mejores precios para adquirir los ingredientes no solo de las empanadas, sino también de las diferentes salsas que colocamos para acompañar el alimento”.
Otra que tiene cinco años brindando su sazón en el Paseo de las Empanas de Maturín es Génesis Martínez. La comerciante resaltó que actualmente presentan problemas con la electricidad, por lo que no pueden hacer uso de los calentadores para mantener los alimentos calientes, “los cables están vencidos y al parecer hay un cortocircuito porque muchos bombillos se queman y los que quedan prendidos no alumbran lo suficiente, tenemos que traer un cable directamente desde el poste y así es que tenemos la energía eléctrica porque con los de acá es un peligro”.
Otro de los problemas que afecta tanto a vendedores como clientes es la falta de salas sanitarias en los espacios del paseo, aseguran que deben acudir a lo que fueron los talleres municipales y que hoy día están abandonados, convertidos en guaridas de delincuentes; y allí hacer las necesidades.