La asfixia por inhalación de humo fue la causa de muerte de los siete venezolanos que estaban detenidos en un centro migratorio en Ciudad Juárez, en México.
Los cuerpos de las víctimas llegaron el domingo por la noche a Venezuela en un avión de la Fuerza Aérea mexicana, tras gestión de las embajadas de ambos países, y los trasladaron hasta la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, conocido como la morgue de Bello Monte.
El 27 de marzo se originó un incendio que provocó el fallecimiento de 40 extranjeros, que esperaban llegar a Estados Unidos.
En los momentos que crecían las llamas y se intensificaba el humo, no contaron con la ayuda de los custodios: los dejaron encerrados a pesar de que aún había tiempo para abrirles las rejas. Así se observa en un video captado por una cámara de seguridad, cuya divulgación en las redes sociales ayudó a que se denunciara la omisión de las autoridades.
Los familiares de las víctimas viajaron a México el viernes 14 de abril para el reconocimiento de los cadáveres, con la cooperación de las autoridades mexicanas y venezolanas.
Se reunieron con la Fiscalía y la Secretaría de Gobierno de México para exigirles que se investigue el hecho y se establezcan las responsabilidades por lo ocurrido, de acuerdo con un reporte de Unión Radio.
Otro de los detalles informados en la morgue de Bello Monte fue que los cuerpos de los migrantes no presentaron lesiones ocasionadas por las llamas.
A cada uno lo trasladaron hasta sus ciudades de origen para su sepultura, un proceso que se hará con la ayuda económica del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, según el medio.
La lista divulgada señala que las identidades de las víctimas son: Samuel Marchena, Orangel López Guerrero, José Mendoza, José Leal, Rannier Requena Infante, Óscar Regalado Silva y Orlando Maldonado Pérez.
El jefe del Instituto Nacional de Migración, en Chihuahua, Salvador González Guerrero, fue capturado por estar presuntamente vinculado a la muerte de 40 indocumentados.
Según el registro de detenciones de la Secretaría de Seguridad, al funcionario lo detuvieron durante la tarde del pasado domingo agentes federales en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso.
Medios locales reseñaron que González Guerrero había buscado evitar su captura mediante un recurso legal.
Las autoridades mexicanas comunicaron que el incendio se originó cuando un migrante prendió fuego a un colchón en la celda donde permanecía con otros 67 hombres, en medio de una protesta por una posible deportación.
Al funcionario lo señalaría la Fiscalía General de haber dado la orden de cerrar el lugar.
Otros cuatro funcionarios del Instituto Nacional de Migración también están detenidos, así como un guardia de seguridad y un migrante venezolano acusado de iniciar el fuego.
Un venezolano narró cómo ocurrieron los hechos la noche en la que se inició un incendio en un centro de detención de migrantes. Eduard Jesús Caraballo López se encontraba entre los extranjeros aprehendidos ese día, el 27 de marzo.
El ciudadano aseguró a Univisión Noticias que un grupo de guatemaltecos exigía a los custodios que le dieran agua potable y que, ante la ausencia de respuestas, se acrecentó la tensión y el rumor de que serían enviados a Ciudad de México para su posible deportación.
Para llamar la atención de los funcionarios, aseguró el venezolano, los guatemaltecos propusieron quemar una colchoneta para tener respuestas de las autoridades. Ellos tenían hasta 20 días encerrados en condiciones precarias.
“Como a las 9:00 pm arranca el incendio. Ellos tenían rato conversando de eso. Yo les decía: ‘Hermano, yo voy a salir ahorita, no se pongan con esa locura’. Pero no me hicieron caso. Traté de quitarles el yesquero y se me rebelaron”, manifestó Caraballo.
Dijo que un custodio del centro de detención le vendió a un guatemalteco el encendedor con el que prendieron fuego a la colchoneta. En el sitio, presuntamente, los oficiales de seguridad también vendían cigarros y marihuana.
“Yo empecé a gritarle a mi familia, llamaba a los guardias, no me importa que quedara delante de todos como el chismoso. Les decía a los guardias: ‘hermano, van a prender esto, van a prender esto’. No me hicieron caso”, expresó.
Fuera del centro de detención estaba su esposa, Biangly Infante. Ella había llevado a las autoridades del lugar documentos que mostraban que su familia tenía permiso para estar en México.
Al venezolano lo detuvieron en un procedimiento en el que, así como a varios de los migrantes que estaban en el centro, también capturaron a Jeison Catari Rivas, el hombre imputado por presuntamente iniciar el incendio.
“Lo metieron preso y él no estaba en eso”, afirmó el migrante, quien aseguró asimismo que todos los actores materiales fallecieron en el incendio.
Con información de El Nacional