En mi columna de ‘Temas para mujeres’ quiero hablar de este tema, se dice que los hijos únicos son egoístas, que tienden al narcisismo, que se crían muy solitarios y no saben compartir. Desde que el psicólogo Granville Stanley Hall desarrolló en 1896 una teoría que afirmaba que aquellos niños o niñas sin hermanos tenían más probabilidades de convertirse en adultos inadaptados y con problemas sociales, se asentó la idea de que ser hijo único es nocivo para los niños y que dejarlos sin hermanos es prácticamente una crueldad.Estos estereotipos no solo han estigmatizado a esos niños y niñas, sino que también han devenido en una presión y enjuiciamiento para aquellas madres y padres que no desean tener más de un hijo. Otras investigaciones más recientes, sin embargo, -entre ellas las de la psicóloga especialista en el tema, Toni Falbo-, señalan todo lo contrario. Afirman que los hijos únicos pueden ser igual de sociables, que tienen mejor rendimiento académico, y que al tener el privilegio de recibir más tiempo, atención y recursos de sus padres, tienen más probabilidad de convertirse en adultos felices y seguros de sí mismos. Entre estigmas e idealizaciones, lo cierto es que hoy las familias con un solo hijo son tendencia.La psicóloga Bárbara Lobos, especialista en psicoterapia experiencial, quien también realiza constelaciones familiares, tiene una mirada