El incontenible llanto de niños y adultos arropó este miércoles la dolorosa despedida de Isabel Paola Aizpurua Castillo, la niña de 10 años que perdió la vida a manos de un sujeto, el pasado lunes 9 de octubre, en una sombría casa que él cuidaba, en el barrio Edgar Ramón Uzcátegui, sector La Arreaga, en Los Haticos, al sur de Maracaibo.
Su padre, Humberto Aizpurua, y demás vecinos, partieron desde la casa de la abuela materna de la pequeña, en el barrio Santo Domingo, de Haticos, cargando el blanco ataúd con los restos de la víctima.
Catira, ¿ahora con quién voy a jugar?», fue el desgarrador grito de su hermana menor, quien no aguantó el llanto a la salida del velorio.
En el lugar del velatorio, los globos blancos con palabras de despedida escritas con bolígrafo adornaban los espacios del inmueble, mientras las lágrimas recorrían los rostros incluso de hombres, parientes de la infortunada y allegados, que al mismo tiempo estaban indignados por el proceder de Luis Herrera López, alias «El Negro», de 68 años, a quien señalaron de cometer el infanticidio.
Con destino al colegio donde Isabel estudiaba, iban familiares, vecinos y amiguitos para rendir un homenaje póstumo a la niña.
Después, la menor de edad fue conducida a su última morada, el Cementerio San Francisco de Asís, ubicado en el municipio San Francisco.
Isabel fue asesinada por asfixia mecánica en la casa de Luis Herrera, situada en La Arreaga. Los familiares la hallaron sin vida en el baño de esa vivienda. Ya el individuo había huido del barrio y se presume que haya llegado a Colombia.
La policía ha peinado Los Haticos, el barrio Edgar Ramón Uzcátegui, La Arreaga, Santo Domingo, todo Maracaibo, San Francisco, para intentar localizar a «El Negro» y capturarlo.
Vía Versión Final