La banda delictiva o como se le conoce ahora Grupo Estructurado de Delincuencia Organizada (GEDO), “El Negro Mosqueda”; quizás estaba ejecutando sus acciones delincuenciales bajo perfil ante la mirada de los organismos de seguridad.
Fue el pasado 18 de enero cuando el nombre saltó a la palestra debido a que abrieron fuego contra los uniformados del Cuerpo Policial del estado Monagas (Polimonagas), que realizaban un recorrido por la comunidad de El Pinto, perteneciente al municipio Piar, los cuales se vieron en la obligación de desenvainar su arma de reglamento para repeler la acción.
Según las averiguaciones policiales, esta organización delictiva opera en la zona y se dedica a los delitos de extorsión, cobro de vacuna, robo genérico, robo de vehículos y homicidio.
Desde entonces una cadena de hechos se ha producido sobre la banda, lo que le ha permitido a los organismos de seguridad desarticular parcialmente esta estructura delincuencial.
Hasta los momentos se desconoce la identidad legal o el remoquete del líder de la banda, también se desconoce la cantidad de integrantes y los lugares en los que tienen sus centros de operaciones, sin embargo, en 15 días el grupo hamponil ha sufrido bajas considerables en la organización.
En la mencionada fecha, un hombre identificado como Carlos Mosqueda, conocido entre sus compinches como “Carlos Sonrisa”, fue neutralizado por los uniformados estadales, por lo que ameritó ser trasladado hasta el hospital Nicolás Giannini, de Quiriquire, capital del municipio Punceres, por su cercanía al lugar donde ocurrió el intercambio de disparos.
Al día siguiente, Polimonagas, informó a través de su cuenta Instagram @ polimonagascpbem, que seis integrantes de la banda habían sido capturados.
Los enviados a los calabozos quedaron identificados como Johan Manuel López Presilla (34), alias “El Barbero”, solicitado por violencia de género; Jesús Abraham Ratia Escobar (26), apodado “El Gordo”; José Antonio Canales Brito (39), conocido como “El Mocho”; Diego Jesús Rodríguez Rivero (25), requerido por la justicia por el delito de robo, Carlos Alfredo Sotillo Sucre (31), y una adolescente de 16 años de edad.
En el lugar, los funcionarios decomisaron cuatro armas de fuego: tres escopetas y una pistola; un chaleco antibalas, seis cartuchos, un teléfono, una motocicleta sin placa y cinco sacos de cemento.
El pasado 24 de enero, el mencionado cuerpo policial, usando la misma vía de comunicación dio a conocer la captura de un séptimo integrante del mencionado GEDO en la calle Bolívar de Aragua de Maturín, donde al parecer estaba “enconchado”.
En esta oportunidad se trató de Jesús Del Valle Rengel Mosqueda (33), quien estaba solicitado por el Juzgado Quinto de Primera Instancia Estadal y Municipal en función de control del estado Monagas por el delito de homicidio intencional calificado, desde el 15 de febrero de 2022.
Al caer la tarde del jueves 25 de enero, se conoció que en la misma zona que el pasado 18 de enero se produjo un nuevo enfrentamiento dejando una persona fallecida.
En esta oportunidad, el cuerpo fue reconocido con el alias de “El Pitirre” de aproximadamente 20 años, el cual fue abandonado en la sala del nosocomio puncereño por sus mismos compinches, siendo la segunda baja que sufre la organización en menos de 15 días.
El cuerpo del delincuente fue llevado por una comisión del Cicpc hasta la sala de necropsias del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar (Humnt), donde se espera que sus familiares lo identifiquen.
Es necesario mencionar que la comunidad donde al parecer funciona el centro logístico de la banda “El Negro Mosqueda”, es El Pinto; perteneciente a la parroquia con el mismo nombre en el municipio Piar.
Piar, es un territorio mayoritariamente agrícola y ganadero. Está conformado políticamente por siete parroquias y cuenta con un cuerpo policial, Polipiar; organismo encargado de la seguridad de los habitantes del territorio.
En la población de El Pinto, funciona la empresa cementera Cerro Azul; donde se genera una actividad económica importante para la zona y el estado, lo que la convierte en un punto estratégico para que organizaciones delincuenciales puedan hacer de las suyas.
No hay que regresar mucho el tiempo ni irse tan lejos geográficamente, en el municipio Sotillo, al sur del estado Monagas operaban las bandas “los patas de gomas” y “el sindicato”; esta última fue desmantelada.
Al parecer, estas bandas operan desde las comunidades fluviales que existen en las aguas del río Orinoco.