3May2024

El destino nos alcanzó

Por: Gloria Cuenca  |   27 Jul, 2023 - 12:00 pm

Título de una película impresionante y fuerte de mi época juvenil. Salí asustada después de verla.  Transcurría en la Tierra, (después del año 2000) devastada por lo que ahora se llama “el cambio climático”. Se acabó la comida. Sin embargo, la denominación del film me fascinó. Desde siempre, sin vincularlo con esa vieja película, pienso, hay un momento en la vida, en que el destino nos alcanza: es cuando se pone en evidencia lo que hemos hecho, para bien o para mal. Lo que tal vez, repetimos de nuestros antepasados y ancestros, sin revisar nuestra historia. Quizá peor, al pretender vengarnos, de repente nos damos cuenta: no valió la pena, transformarse en lo que se detesta. Ocurrió sin tener consciencia, esa persona. El destino (lo creo) nos alcanzó.

De eso trata este artículo, amables seguidores y contradictorios lectores; pretendo que sea una voz de alerta, por cuanto, a veces, demasiadas tal vez, nos metemos en una vorágine sin pensarlo mucho y terminamos siendo lo que más detestamos: perseguidores, torturadores y hasta asesinos, sin darnos cuenta. ¿Cómo es posible? ¿Cómo se llega a tal situación? ¿Cómo terminamos haciendo lo que más detestamos? El padre del psicoanálisis Sigmund Freud, decía que existía una compulsión por repetir la conducta de los padres. Es decir, que si no estamos conscientes de lo que queremos y hacia donde vamos, se termina haciendo lo que los padres son y hacen. Muchas veces disfrazamos la situación y parece que no es así, sin embargo, al someterlo al análisis y la crítica, encontramos con satisfacción o malestar, que estamos siguiendo la ruta marcada por los padres. Cuando el ejemplo a seguir es bueno, ¡Gracias a Dios! Estamos en la senda correcta.

¡Ay! Cuando es un desastre, ¡Qué lamentable! Por otra parte, el Análisis Transaccional de Eric Berne, llama a esa compulsión de seguir la conducta de los padres: “argumento de vida”.  Dice Berne: la vida es una especie de teatro, los personajes, en este caso los hijos, representan un argumento, copiando a los personajes que han realizado los padres. No se queda la cuestión allí para el Análisis Transaccional, también existe “el contra argumento”. Vendría a ser, por ejemplo, lo opuesto, lo contrario: un padre alcohólico y su hijo, abstemio, odia el alcohol. Estos comportamientos, el análisis de los mismos resultan prioritarios y trascendentes, máxime cuando se aspira a ser poder. La cuestión, no somos nosotros mismos, sino una especie de caricatura de la vida de los padres, en realidad.

Corresponde a psiquiatras y psicólogos trabajar esto. Explican hechos que resultan incomprensibles, para la gente común. También lamentable la falta de libertad de expresión y de información; seguramente profesionales de esas especialidades tienen mucho que decir. Conozco algo de esto- por eso me atrevo a escribirlo- por cuanto, me formé para ser Facilitadora en Dinámica de Grupos.  Además de hacer la formación completa en Análisis Transaccional y soy miembro Didacta de la Asociación Latino Americana de AT. Como no bastaba pasé 25 años en terapia: Rogeriana, Gestalt, Bio -Energética, Bio -danza, Análisis Transaccional y finalmente, el Meta Modelo de Análisis Transformacional y el Renacimiento.

Entonces comprendo, más no justifico, las conductas, patológicas y tóxicas, de personas en el entorno, especialmente en sus actuaciones de la vida pública. No justifica, insisto, que se transformen en monstruos y criminales. Recibirán su castigo en la tierra: ya empezó, son repudiados en el Planeta.  La Justicia Divina terminará por condenarlos.  También explicaré sobre la venganza. Juega papel fundamental en la vida de los resentidos. Considerada “un rebusque” en el AT, falsa emoción. Vendría a ser la expresión no auténtica de una emoción: el vengador siente odio, rabia y mucha tristeza por lo sucedido. No expresa, ni rabia, ni tristeza. Actúa “cómo sí” lo hace racionalmente y esta cumpliendo con la ley y haciendo justicia. Para nada.

Sin darse cuenta, se vuelve lo que dice despreciar: el perseguidor, el torturador, el asesino. Sufre de gran disociación ética y cognitiva. Eso lo hace peligroso.  En su fuero interno siente-lo cree-que se comporta como es debido. Ante la sociedad cumple el rol, que aparentemente, lo satisface, un alto cargo, un papel destacado, en política casi siempre, entre otras formas de disociación. (Un politiquero o politicastro) Siente de una manera, piensa de otra y actúa diferente. Si lo vemos con humanidad, sentimos piedad por semejantes seres. Al verlos con ojos de justicia, consideramos que deben ser llevados ante los tribunales, juzgados, condenados. Amables seguidores, contradictorios lectores, no querría jamás estar en el sitio de esos personajes, con todo y la fortuna, mal habida, que lograron. No hay dinero en el mundo que compre, la paz, la tranquilidad y el amor.  Cada uno sabe a qué y a quién, me refiero. Insisto, si no hay justicia terrenal, la habrá divina. Si no es que, algún día, repentinamente, recuperan la consciencia y empiezan a sufrir de remordimiento. ¡Pobres seres!¡Dignos de lástima!

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