Narcotraficante, político, terrorista, sicario y con amplio prontuario criminal, Pablo Escobar Gaviria no puede pasar desapercibido en ninguna faceta de la historia colombiana y continental, por eso, en cifra redonda, reseñan los 30 años que han transcurrido desde que la muerte lo alcanzó.
Nacido un 1ero de diciembre de 1949 en el seno de una familia campesina, demostró de forma temprana habilidades para salir airoso en pequeñas negociaciones en donde generalmente reinaba la trampa a su favor. En la década de 1960 se inició como operador activo del contrabando en suelo neogranadino.
Pero su ambición no quedó allí, el de Antioquia visionó ir más allá, por lo que al poco tiempo incursionó por los mismos caminos, en el desarrollo y distribución de drogas y estupefacientes. Eso le fue edificando en su haber, el famoso Cartel de Medellín.
La reconocida revista Forbes, los ponderó incluso como uno de los hombres más ricos del mundo en su momento, con una fortuna calculada en más de 8 mil millones de dólares. Y no era para menos, Escobar llegó a controlar el 80% de la distribución global de la cocaína, y a controlar el 60% de toda la droga que ingresaba a los Estados Unidos. Era el dueño absoluto de un imperio criminal.
Para excusar su inmensurable capital, a comienzos de los años 1980 Escobar trataría de pulir su imagen a través de la realización de obras de caridad para los desprotegidos y con una breve incursión en la política, ocupando un escaño como Representante a la Cámara en el Congreso Nacional en 1982.
Pablo Escobar sembró el terror por largos años, con atentados terroristas, sicariatos, asesinatos selectivos, sobornos, amenazas y hechos sangrientos que marcaron por completo el devenir del tiempo en la década de los ochenta por toda Colombia.
Tras sendos intentos de negociación y múltiples secuestros y asesinatos de jueces y funcionarios públicos, en 1989, el Cartel de Medellín con Escobar al mando declaró la guerra total contra el Estado.
El magnate criminal, organizó y financió una extensa red de sicarios, leales a su mando, que asesinaron a personalidades claves para la institucionalidad colombiana, como el dirigente liberal Luis Carlos Galán, y perpetrando actos terroristas indiscriminados con el empleo de coches bomba en las principales ciudades del país que desestabilizaron al mismo, y puso a las autoridades «de rodillas», y que lo convirtió en el criminal más buscado del mundo a comienzos de los años 1990.
El pranato de Pablo Escobar fue el responsable del asesinato de al menos 657 policías entre los años de 1989 y 1993. Esto, además de los feroces enfrentamientos contra el Cartel de Cali, contra paramilitares y contra el grupo Los Pepes.
Después de la consumación de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, que le dio a Colombia una nueva Carta Magna, y la prohibición de la extradición de nacionales a los Estados Unidos, Escobar decidió someterse a la justicia con la única condición de ser recluido en La Catedral, una ostentosa cárcel ubicada en sus propios terrenos.
Así, tras demostrarse que aún seguía delinquiendo tras las rejas, el Gobierno colombiano quiso capturarlo, por lo cual Escobar se fugó de su propio recinto, saliendo fácilmente por la parte trasera de la prisión.
Este hecho representó, uno de los episodios más vergonzosos para las autoridades penitenciarias del país. Tras su escape, el gobierno conformó el denominado Bloque de Búsqueda para recapturarlo y tras 17 meses de intenso rastreo, fue tiroteado en un tejado de un sector de clase media de Medellín a los 44 años de edad, tal día como el de hoy: un 2 de diciembre de 1993.
Tras intensas labores de inteligencia, con tecnología de radares franceses y británicos, las autoridades policiales colombianas lograron dar con la ubicación exacta de Pablo Escobar, tras éste hacer unas seis llamadas telefónicas a su hijo. Un novedoso sistema lo rastreó hasta el barrio de clase media Los Olivos, lo cuidaba uno solo de sus sicarios.
La policía llegó camuflada al lugar, el hombre que lo custodiaba se enfrentó a los efectivos que entraron y murió. Pablo Escobar logró salir por una ventana hasta el techo, y corriendo por el tejado recibió un disparo en el hombro que lo inmovilizó.
Este disparo no fue suficiente, por lo que recibió otro en una de sus piernas que lo paralizó por completo. Al instante, y con la escena siendo transmitida casi que en vivo y en directo, otro proyectil entró por su cabeza y se alojó en su boca causándole la muerte de inmediato.
Quienes conocían a Escobar Gaviria directamente y la mayoría de sus familiares, argumentan que a Escobar no lo asesinaron, sino que por el contrario, él se suicidó.
La versión gana cada vez mayor aceptación, por la forma del disparo en su cabeza y porque ya lo había dicho en vida; que prefería una tumba en Colombia, que una cárcel en Estados Unidos.
Como dato curioso, Pablo Escobar siempre se sintió acomplejado por su corta estatura (1.65) y esto lo hacía usar zapatos especiales con tacón para poder verse más alto.
Además, al ser uno de los personajes más famosos de Colombia y del mundo, Escobar ha sido retratado en innumerables formatos para distintos públicos alrededor del mundo. Ha sido objeto de estudio en documentales, y varios actores lo han interpretado.
Su hijo Juan Pablo Escobar, reveló hace algún tiempo que su padre trabajaba para la CIA. Un dato estremecedor de parte de un miembro directo de su familia, pero aun no ha podido confirmarse.