En una carta abierta, desvelada por Domani esta semana, los firmantes “salen del armario” para exigir reivindicaciones en un espacio propio en las instituciones eclesiásticas de Italia. Al mismo tiempo denuncian las trabas para su mera existencia, tanto en el interior de la estructura como en la formación.
«Hay sacerdotes homófobos gays, que descargan fuera el conflicto que llevan dentro; no expresan la paz, sino que viven un ministerio distónico sofocando su propio ser con el clericalismo». Exponen.
El documento lleva compartiéndose desde septiembre de este año 2022, en algunos círculos eclesiásticos y al menos medio centenar de sacerdotes han lanzado un alegato contra la «homofobia interiorizada» instalada en el interior de la iglesia católica, en la que «el silencio parece ser la única forma de sobrevivir».
Así con “todo el corazón”, los firmantes revelan la existencia de planes para eliminar todo atisbo de homosexualidad en los seminarios y para fomentar una moral sexual vacía de contenidos en los centros de formación de los futuros sacerdotes, en una postura muy alejada de la planteada por el Papa Francisco, pero que encuentra apoyo en país tradicionalmente cristianos como Italia y España.
Con información de El Diario Es