Ante el reciente paso de ondas tropicales por el territorio venezolano, que provoca cambios constantes en el clima, particularmente en el de Maturín, cada día son más los casos que se conocen de una especie de “gripe fantasma” que no ha sido reportada por organismos oficiales, donde los más afectados son los niños y niñas en edad escolar.
Tal situación se evidencia en los aulas de clases, ya que la mayoría de los escolares ha reportado inasistencia debido a que han presentando malestares gripales que comienzan con dolor de estómago, en algunos casos vómito, fiebre, secreción nasal, estornudos, flema y hasta crisis asmáticas, los cuales presentan sus “picos” los primeros cuatro días, para persistir con el moco verde y opresión en el pecho.
En tal sentido, Veruska Jiménez, madre de un niño de 4 años, en la sala de espera de emergencia del Ambulatorio Dr. José María Vargas de Los Guaritos, comentó “estoy aquí desde las dos y media, y en menos de cinco horas, entre hoy en la tarde y esta noche fueron atendidos unos ocho infantes, unos traen sus gotas, su salbutamol, otros no. Tengo a mi hijo trancado de pecho, se cansa, tiene una gripe muy fuerte. Ya lo había traído hace días, le apliqué el tratamiento y le pasó por encima”.
Juan Camilo Labrador, funcionario, “vine a nebulizar a mi hijo, tiene una gripe que no se le quita. Los amiguitos de él, de la escuela, también están enfermos. Y algunos del futbol también. No ha ido a entrenamiento. Tú miras todos los días en el grupo de WhatsApp, maestra fulanito no va, tiene gripe, maestra, menganito amaneció con fiebre, y así”.
Por su parte, Jeanndelyza Ortiz, enfermera, explica que “a diario se atienden más de 15 niños menores de 10 años con una tos muy fuerte, una gripe horrible. Los vienen a nebulizar, hay unos que tienen tratamiento de 3 ciclos, y se le inyecta dexametasona, porque lo requieren. Los más complicados, les aplicamos el tratamiento que indique el médico y lo enviamos al hospital”.
De acuerdo a Sheila Rodríguez, vendedora ambulante, “en la casa todos tenemos gripe, y nos la tratamos a punta de guarapos con limón. Los niños son los que más la tienen, con una gripe trancada, suenan como si tuvieran unos demonios por dentro. A ellos medio le aplicamos lo que les mandan, los remedios están muy caros. Solo una de las gotas para nebulizar cuesta 50 bolívares, y no tenemos nebulizador. Hay que morir acá, y a que lo atiendan cuando puedan, porque son muchos los niños que vienen a nebulizarse y adultos también”.
Aunque las medidas de bioseguridad se siguen exigiendo, sobre todo, en los organismos públicos, en la calle casi no se observa el uso del tapabocas, y menos, el distanciamiento social, ignorando que, aunque existan las vacunas, igual el virus del COVID sigue estando entre nosotros, “si las mismas maestras le dicen a uno que no traigan al niño con gripe, pero ella, si tiene a su hijo o el de una “amiguita” que tiene que ir a trabajar, lo trae con gripe, qué queda, todos engripados otra vez ¿Quién le pone el cascabel al gato?”, comentó Joseyla Gutiérrez, madre de dos niños en edad escolar, para concluir.