Con la pandemia del covid-19, se ha disparado la aparición de vendedores ambulantes que abordan unidades de transporte público en Maturín.
A diario se pueden observar como niños, adolescentes y adultos suben a los microbuses a vender principalmente los muy de moda bombones brasileños. En muchos casos, baja uno y se sube el otro, lo que puede causar incomodidad en los pasajeros.
Además de bombones, los vendedores ambulantes ofrecen caramelos de menta, de chocolate y chupetas. Solo en el trayecto de la parada del liceo Miguel José Sanz hasta el hospital, ocho personas subieron a vender diferentes chucherías.
El rebusque es para algunos la mejor opción para llevar el pan diario a casa, esto en vista del altísimo nivel de desempleo que se vive en la capital monaguense.