Al costar 381.200 bolívares en su presentación más económica, los almuerzos y cenas venezolanas acompañados de una botella de Coca-Cola quedaron en el pasado, porque hoy son pocos los que pueden costearlas.
Pese a ser un producto norteamericano, la Coca-Cola, al estar presente en las cenas navideñas y durante el “Cumpleaños feliz”, se convirtió en un ícono de la cultura venezolana; siendo un acompañante fiel del pabellón de mediodía, de las arepas de la cena y de la cuba libre del fin de semana.
Pero, en Maturín, donde el kilo de arroz oscila entre los 400 y 700 mil bolívares y la carne supera el millón de bolívares, el “fresco” ya no es una prioridad; así mismo, a duras penas se comen tajadas al mediodía, porque un plátano maduro cuesta alrededor de 200 mil bolívares y un litro de aceite supera los 800 mil.
De esta forma, la Coca-Cola, que en su presentación de 2 litros puede llegar a costar hasta 1.100.000 bolívares, casi 3 salarios mínimos, permanece en las neveras de los establecimientos comerciales y solo se compra “en ocasiones especiales”.
Sustituida por jugos en polvo
Con el “vital líquido” como un producto “incomprable”, el maturines ha aprendido a adaptarse, pasando por alto sobres populares pero costosos como el Nesté y el Tang y decidiendo por presentaciones más económicas de “jugo en polvo” traídos de Brasil, con los que 25 gramos de químicos se pueden preparar 2 litros de jugo por menos de 200 mil bolívares.
“Recuerdos de una época de abundancia”
Al igual que la Coca-Cola, bebidas insignia como el Toddy y la Malta pasaron a ser recuerdos de una época de “abundancia”.
Hoy en día, en los establecimientos comerciales de Maturín es difícil encontrar la presentación de 1.5 litros de Maltín Polar, mientras que la botella retornable en panaderías y ventas de empanadas puede costar hasta 200 mil bolívares.
Por su parte, la popular “lata de Toddy” desapareció de los aparadores y fue sustituida por sobres de 100 gramos y envases de 100 a 800 gramos, que oscilan entre los 300 y 2 millones de bolívares. Así mismo, un litro de leche La Campiña, acompañante predilecto de la bebida chocolatosa, supera los 2 millones.
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