La reciente investigación de la FIFA contra Luis Rubiales, quien hasta hace poco ostentaba el cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol, podría tener repercusiones de gran envergadura en la aspiración conjunta de España y Portugal de organizar la Copa Mundial de Fútbol de 2030.
El detonante de su suspensión provisional fue un incidente que involucró a Rubiales y una jugadora de la selección femenina de fútbol, en el que se alega que besó a la jugadora sin su consentimiento.
Este escándalo ha causado una conmoción en la comunidad futbolística y ha generado preguntas sobre la integridad del liderazgo en la federación. La candidatura para acoger la Copa del Mundo de 2030 era un ambicioso proyecto que generaba grandes expectativas tanto en España como en Portugal. Sin embargo, la implicación de Rubiales en un incidente tan controvertido podría dar un golpe devastador a estas aspiraciones compartidas.
El caso ha planteado serias dudas sobre la capacidad de Rubiales poder liderar un proyecto deportivo de tal envergadura. La FIFA ha demostrado ser estricta en su postura contra cualquier forma de comportamiento inapropiado en el fútbol, especialmente en un momento en que se busca fomentar la igualdad de género y el respeto en el deporte.