El Manchester City ya encontró por fin su dorado. Alzó su primera Champions League, el gran sueño de los propietarios árabes desde que en el 2008 adquirieran el club y empezaran a fichar a estrellas, y lograron un mágico triplete al vencer a un meritorio Inter de Milán que dio más guerra de la que todos esperaban (1-0). Una final con doble acento español, por Guardiola, que sumó su tercera ‘Orejona’, y por Rodri, autor del tanto que terminó con la agónica búsqueda de los ingleses.Mucho más atascado de lo previsto estuvo el primer tiempo. Los nervios y las dudas se apoderaron pronto del Manchester City, que no se encontró más en dos jugadas aisladas en las que Bernardo Silva y Erling Haaland tuvieron la oportunidad de marcar. Algunos de sus compañeros eran un ‘flan’ ante un Inter que salió con las ideas muy claras. Simone Inzaghi demostró tener estudiadísimo a Pep Guardiola y planteó una presión adelantada con Dzeko y Lautaro haciendo un trabajazo cortando las líneas de pase interiores y obligando al City a jugar por fuera para caer en la trampa. Dimarco y Dumfries salían para cerrar la salida y los italianos atropellaban las posesiones inglesas, espesas, lentas y sumamente arriesgada.Si bien el Inter no tuvo una clara ocasión en la primera mitad, las sensaciones al término