El ministro de Cultura, Ernesto Villegas, anunció a través de su cuenta en la red social X, que se está elaborando el expediente para postular a la arepa venezolana como Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco.Este 26 abril, se llevó a cabo una jornada de trabajo en el Centro de la Diversidad Cultural, dirigida por el profesor Benito Yrady, donde especialistas de todo el país discutieron el proceso de elaboración del expediente para la postulación de la arepa venezolana como Patrimonio Cultural de la Humanidad ante la UNESCO.En esta iniciativa participaron especialistas del Centro de la Diversidad Cultural, la Red de Patrimonio Inmaterial y funcionarios del Instituto Nacional de Nutrición, adscrito al Ministerio de Alimentación.Además, el ministro Ernesto Villegas, recordó que esta iniciativa forma parte de los vértices de la Gran Misión Viva Venezuela Mi Patria querida.Por otra parte, expresó su interés en que el expediente sea más que un documento técnico. El objetivo es convertirlo en una obra de arte que refleje la importancia cultural de la arepa venezolana para la identidad del país.

Dicen que en Venezuela todos los niños nacen con una arepa bajo el brazo. Se puede entender, entonces, lo que para el país latinoamericano significa este producto.Y también son conocidas las dificultades que tienen muchos venezolanos para ganarse el pan, o mejor dicho, la arepa. Hace cuatro años, el chef venezolano Luis Ascanio no se lo pensó, ‘agarró’ la arepa y viajó a España. “Buscaba la forma de salir de allí, sentía que las libertades del individuo se terminaban”, explica a EFE sin querer profundizar más en la situación del país latinoamericano.De por sí difícil la adaptación de un migrante a una nueva sociedad se agravó para él con la pandemia de la covid, aunque encontró como aliada a la montaña de Montserrat, en la provincia de Barcelona, que le sirvió de lugar al que salir una vez que se fueron relajando las medidas de confinamiento. Luis no lo duda: “Ser emigrante es nacer de nuevo”.Nueva vida en tierra CastellanaEsa nueva vida le dio entonces la oportunidad de comenzar una nueva etapa en la localidad de Carrión de los Condes, la provincia española de Palencia, una de las cunas del mejor pan, dónde pudo conocer la cocina tradicional de los pueblos castellanos y muchas de sus curiosidades, en los restaurantes de San Zoilo y La Corte.Y en ese momento se