Este 28 de octubre, cuando se celebra el día de los apóstoles San Simón y San Judas Tadeo, patronos de la primera catedral de Maturín y de la ciudad, la cual está encomendada a su protección, los fieles católicos acudieron al templo cumpliendo con las medidas de bioseguridad para ser parte de la celebración eucarística.
Los devotos, aprovecharon la homilía del padre Jimmi Figuera, encargado de la iglesia parroquial, para festejar también los 134 años del templo religioso, que además es un icono histórico de la ciudad.
Al culminar la misa, los creyentes se acercaron hasta las imágenes de los santos mártires para implorar por el cese de la pandemia por el covid-19.
La edad no es impedimento para creer en la acción de Dios por favor de los santos y muestra de ellos fue un niño de 10 años, que caminó hasta la nave central del templo junto a su mamá y hermanas, para agradecer la intercesión de San Judas en su salud, puesto que hace tres meses se complicó tras una operación por peritonitis.
«Vengo agradecer porque creo en él, mi mamá le pidió por mi salud y aquí estoy», narró el niño mientras sostenía un pequeño cuadro del santo en su pecho.
La señora Ana Pinto, devota, relató que desde muy joven se encomienda a la protección de San Judas y San Simón, que le han concedido salud y bienestar para toda su familia, «hoy y todos los días le pedimos que rueguen por nosotros para que esta enfermedad se vaya de aquí, que nos sane y se deje de morir la gente por culpa del virus».
Otro de los testimonios de fe fue el de la señora Argelia Álvarez, ella contó «pedimos a Dios que acabe con ese virus, que las familias y el mundo dejen de sufrir. Desde siempre me he encomendado al San Judas y San Simón y he recibido esa gracia».
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