Todas las convenciones de carácter internacional preocupadas por el futuro de nuestros niños donde quiera que estén y cualquiera sea su condición se centran en el principio de la no discriminación. Todos los niños deben ser tratados, protegidos y cuidados de la misma manera. Sin embargo, en el mundo actual, muchos niños y grupos de niños son víctimas de discriminación.
Existe un principio universal y absoluto de la no discriminación, y ¿que entendemos por discriminación? La discriminación es el acto de tratar a un individuo o a un grupo de personas de una manera ilegal o desfavorable por motivos de raza, color, sexo, nacionalidad, idioma, religión u origen social este concepto es determinante y mucho más grave cuando se aplica a un niño.
Prohibir la discriminación es un principio fundamental y absoluto, declarado por todos los estándares internacionales relativos a los derechos humanos. La discriminación hacia cualquier niño es una seria violación de esos derechos. Discriminar es cuando se excluye a alguien y no le dejan ejercer algún derecho. Las formas discriminatorias pueden pasar inadvertidas como el caso que presentaremos en este artículo y que afecta directamente a un niño franco venezolano y que paradójicamente ocurrió en Francia en el país de la Liberta, Igualdad y la Fraternidad.
Se producen en nuestra sociedad estos hechos discriminatorios que pretenden pasar de manera inadvertida, representaciones de exclusión en el sistema escolar, que tememos se produzca con bastante más proporción que lo que creemos. Al niño se le separa por alguna condición que dicho sea de paso en este caso concreto ya había sido presentada por sus padres y después del pago excesivo de una matrícula de 2085 euros por apenas mes y medio de clase, se le desincorpora del colegio sin prestar la debida información a sus padres a fin de que tomen las medidas preventivas, pero desconociendo todas las elementales formas pedagógicas y de cuido de la integridad del menor, es el propio niño con sus 10 años quien escucha a la directora pedagógica del instituto decirle a otra niña “el no volverá más a este colegio”. Acción discriminatoria que va en contra de cualquier norma elemental de pedagogía. Ninguna razón vale para discriminar a un niño, eso va en contra de cualquier mínimo concepto en materia de derechos humanos.
El hecho ocurrió en el colegio ISM, “Colegio Internacional de Montpellier”, ubicado en Adresse: 321 Avenue de Saint-Sauveur, 34980 Saint-Clément-de-Rivière y el diagnostico de este menor es de TDAH con precocidad, nada que determine una condición totalmente desfavorable que impida su escolaridad y la asesoría constante en materia psicológica del menor mas el control de sus padres acarrea que su comportamiento es totalmente favorable a cualquier tipo de escolaridad , no obstante lo grave de la exclusión en este caso es no solo la acción en sí, sino que no se ejerció la debida información a los padres. Inicialmente pasaron una carta de advertencia con fecha 18 de junio, en esa oportunidad la madre pregunto si podía contar con la matricula del menor, el silencio fue la respuesta, el padre asiste el día 30 a una actividad con el niño, el menor participa en la actividad tampoco se le informa, solo hasta el 1 de julio ante la insistencia de la madre informan su decisión: silencios informativos, emails sin respuestas pero para lo que si hay una manifiesta diligencia es para el cobro de la suma por concepto de la matricula. Revela una manifiesta acción totalmente dañina el hecho de que antes de que la madre hubiera sido informada de la decisión del colegio ya habían sacado al menor del Klassy, es decir donde estaban las fotos y la información sobre el niño, hecho realmente censurable, no contentos, cuando la madre solicito un informe detallado para poder tratar el caso con el equipo pedagógico que lleva al niño, la respuesta fue que no tenían tiempo para hacerlo porque “con el boletín era suficiente”.
Todos estos actos conforman una situación totalmente dañina para cualquier menor, incluso, en una situación de absoluta normalidad sin que exista un diagnostico previo sobre sus potencialidades, y esto pasa en colegios que se suponen están preparados para un trato igualitario hacia todos los menores que acuden a estas instituciones, no hubo ese derecho fundamental de apelación democrático e igualitario cuando se trata de una institución educativa, y ante todo este acto que respuesta pueden dar los padres y sus orientadores psicológicos sobre el particular a este menor, pues ellos también fueron colocados en una situación de indefensión.