Imponer nuevas sanciones hacia el gobierno de Nicolás Maduro y suspender por 18 meses la deportación de los migrantes venezolanos fueron los últimos mandatos del republicano Donald Trump en su último día en la Casa Blanca.
De acuerdo con lo reseñado por BBC News, el presidente saliente de Estados Unidos ordenó al Departamento de Seguridad Interna en tomar medidas el empleo de los beneficiarios de la disposición durante el periodo establecido.
“El gobierno autocrático de Nicolás Maduro ha violado consistentemente las libertades soberanas que posee el pueblo venezolano. A través de la fuerza y el fraude, el Estado venezolano es responsable de la peor crisis humanitaria del hemisferio Occidental en la historia reciente”, indica una carta publicada en el sitio web de la Casa Blanca.
El diario Miami Herald reseñó que el decreto del republicano estaría beneficiando a unos 200.000 criollos, que en caso contrario, correrían el riesgo de ser enviados a su país de origen.
Trump justificó su decisión en base a la “situación de deterioro” en Venezuela, que “presenta una continua amenaza de seguridad nacional para la integridad y bienestar de los estadounidenses”.
El memorando incluye, además de los venezolanos, también a los residentes habituales en Venezuela.
Al hablar sobre las nuevas sanciones financieras, Trump apuntó a una red acusada de vender petróleo a nombre del presunto representante del gobernante.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro sancionó a tres individuos, 14 empresas y seis buques que asistieron a la firma petrolera estatal venezolana PDVSA, controlada por Maduro, a evadir sanciones previas estadounidenses creadas para impedir que el mandatario se beneficie de la venta de crudos.