Un día resta para que se lleve a cabo la transmisión de mando presidencial en Estados Unidos donde el republicano Donald Trump deberá ceder la silla de la Casa Blanca al demócrata Joe Biden.
Mientras se cuentan las horas, crece la incertidumbre de lo que podría suceder antes, durante y después de la ceremonia donde Kamala Harris será nombrada vicepresidenta de la nación norteamericana.
Y es que luego del asalto al Capitolio que resultó con cinco víctimas mortales, el centro de Washington se convirtió en una guarnición militar con más de 25.000 tropas que rodean las cercanías al Congreso.
Cierre de carreteras y líneas de metro, controles de vehículos y peatones, camiones militares, vallas y bloques de cemento para cercar el Palacio federal, son algunas de las medidas preventivas.
El acceso a grandes partes de la ciudad ha sido restringido y el Servicio Secreto está coordinando el plan de seguridad, junto a al menos 20 agencias de seguridad y entidades de seguridad pública, según reseñas de medios estadounidenses.
Según Reuters, al menos seis estados más el Distrito de Columbia están custodiados por militares y policías metropolitanos luego que decretaran el estado de emergencia en la nación ante la posibilidad de protestas violentas como la ocurrida el pasado 6 de enero.
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