El sexo oral siempre va a parecer tabú, desde distintas ópticas que se le mire. Sin embargo, para nadie es un secreto que es una práctica sexual que se practica ¡desde siempre!. La Historia registra en una de las obras capitales de la religiosidad del antiguo pueblo egipcio, “El libro de los muertos de los egipcios”, que la diosa Isis despertó a su fallecido esposo Osiris con una felación, y que además, concibió a Horus, en un acto que han considerando, según esas escrituras, “tan mágico como sexual”.
Se puede entender con esta historia, que el sexo oral le “devuelve la vida” a los involucrados, y que en su estado más concreto, otorga fecundidad, es decir, producción. ¡Y es que es lógico! las distintas sensaciones que produce el sexo oral, con solo pensarlo, relajan, “despejan la mente”, y hacer ver con mejor ánimo las situaciones diarias de la vida.
Claro está, el sexo oral no es para todo el mundo, ni con todo el mundo. Hay que tener «tacto» para determinar si se acepta o no. Además. se debe ser totalmente responsable y conocerse que las mucosas de la boca junto a las secreciones son “un nicho exquisito” para la proliferación de bacterias y virus, pudiéndose contaminar e infectar (en ese “toma y dame”) de enfermedades de transmisión sexual, siendo las más comunes para este acto, la gonorrea, el herpes y la sífilis.
Estando casado o no, aunque más para los casados, puede que en algunas religiones para ellos, el sexo oral sea algo inmoral. Sin embargo, los besos, caricias y lamidos depositados en el cuerpo de la persona amada son un tributo, un momento de adoración, un evidente signo de paz.
Así, en consecuencia, con la persona -léase bien- que tengamos sexo oral, debe ser muy íntima a uno; con el claro principio de exclusividad de parte y parte, que se pueda ir cultivando y enriqueciendo la vida diaria en común, de ricas vivencias sexuales que más se adapten a la naturaleza de cada uno, hasta llegar al punto en que, esos dos seres, se conviertan en uno solo, en una sola fuente, un solo placer y aun mismo ritmo.
Es más, lo ha dicho, por ejemplo el mismísimo Papa Francisco: “El placer viene directamente de Dios, no es católico, ni cristiano, ni nada por el estilo, es simplemente divino».
Ante ello, te damos las 5 razones – por tu salud – por las cuales el sexo oral salvará a la Humanidad:
Produce seres más relajados, tranquilos, con neuronas frescas… ¡claro! después de un maratón como el esperado, la bioquímica del cuerpo empieza a funcionar como debe ser. Por ejemplo, comienzas a producir cortisol (la hormona que combate el estrés); ayuda a mantener saludable el metabolismo y el sistema inmunológico, aumenta la formación de nuevas neuronas y el número de conexiones entre células nerviosas, por eso el relajamiento mental y físico de los involucrados.
En las mujeres el sexo oral, y las relaciones sexuales en sí, activan la hormona estrona que mejora el aspecto de la piel, produciendo colágeno, tal vital en la reconstitución de la dermis. Es más, si el final feliz viene con “leche condensada incluida”, la mujer puede hacer una mascarilla con el semen de la pareja, ya que esta secreción es un serum ideal para la piel; está está lleno de un compuesto llamado espermidina, que es un antioxidante que sirve para reducir las arrugas, suavizar la piel, prevenir el acné y darle una apariencia saludable a la piel.
Favorece la producción de la hormona oxitocina, la hormona del amor, que ayuda a fortalecer los lazos de unión, satisfacción, calma, seguridad y de intimidad con la pareja, y ¡se benefician los dos, al mismo tiempo!
Mientras más producción esperen, tienen mayor probabilidad de mejorar su calidad, y, al igual que a la mujer, los hombres también se vuelven más atractivos, felices. El sexo oral en el hombre los hace sentir muy especiales, productivos y atendidos.
De igual modo, se produce mejor melatonina, que la hormona que ayuda a combatir el insomnio y a mejorar la calidad de sueño. Además, ayuda a que el sexo se sienta mejor y a que los orgasmos sean más intensos. O sea, mientras más, más.
Todas las razones o beneficios de practicar el sexo oral hacen que aumenten el buen humor y la empatía. De este modo, las mujeres se levantan contentas, con el cantandito del “lalalá”, haciendo arepas y colando café tempranito, llevando el día con menos amargura y más optimismo. Igual pasa en los hombres, comienzan rápido y terminan eficaz y eficientemente su trabajo en la oficina o en el campo (¡o en cualquier área en que se destaque!), y tenemos dos seres felices, dispuestos a “comerse el mundo”, vivir y dejar vivir a los demás.
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