La tragedia ocurrida el 28 de diciembre en el caserío Caño de Los Becerros, municipio Piar, que hasta la fecha ha cobrado la vida de cinco personas, habría sido causada por la imprudencia de algún vecinos de la zona que lanzó una colilla de cigarro cerca de los cilindros de gas.
La presidenta de Gases de Maturín C.A. (Gasmaca) Luisana Betancor, indicó que “una colilla de cigarro fue la causa de la explosión de las 161 bombonas de gas”. Las declaraciones las ofreció este jueves en el programa radial Conversando con Yelitza.
Explicó durante la transmisión radial que, de acuerdo las investigaciones iniciadas por las autoridades regionales se logró determinar que “el punto de incendio que causó el fuego y posterior explosión de cilindros haya sido producto de una persona que se encontraba fumando y arrojó la colilla de cigarro encendida al pavimento donde se encontraban acopiados los cilindros y presencia del GLP (Gas Licuado de Petróleo)”.
Destacó la presidenta de Gasmaca que todo ocurrió luego que los trabajadores de la empresa descargaran 198 bombonas en esta comunidad ubicada en la carretera nacional Maturín-San Antonio, a unos 45 minutos de la capital monaguense.
“La atención estaba programada para ese días. A las 2 de la tarde el camión de Gasmaca se retiró del lugar y horas más tarde se produce el accidente”, aseveró.
Puntualizó Betancor que entre las 198 bombonas, 167 de ellas eran 10 kilos, 14 de 18 kilogramos y 17 de 43 kilos, siendo esta la más grande y la primera en estallar.
Sobre los rumores de la supuesta incidencia de gas de la planta en Jusepín en las explosiones ocurridas en Monagas, Betancor precisó que “nos visitó una comisión de Caracas y en compañía de autoridades del gobierno de Monagas realizamos un recorrido por la planta; hicimos allí un inspección, estaban personas especializadas y nos comentaban sobre los rumores del gas de Jusepín. Queremos decir que los rumores son falsos y que este gas no tiene incidencia en los accidentes y se encuentra óptimo para su uso”.
Laura Figuera de 28 años falleció el primero de enero tras complicaciones respiratorias; sus familiares denunciaron que a la joven le faltaba oxígeno y que fue ingresada a quirófano sin prestarle ese apoyo. Murió de un paro respiratorio.
Dos días después, Xavielis Sofía Gil de 5 años, hija de Laura dejó de respirar. La pequeña había sido trasladada al hospital Ruiz y Páez de Ciudad Bolívar donde pereció.
La tercera muerte por quemaduras tras lo ocurrido en Piar, se produjo el 5 de enero; la víctima respondía al nombre Emily Leonett Romero de 14 años. Ella fue llevaba junto a su hermano de 5 años al hospital de Bolívar, presentó dificultades respiratorias y falleció.
El 7 de enero, Juan Ramos de 60 años murió en una clínica de Maturín, presentó graves quemaduras en todo su cuerpo. Estaba recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro de salud privado pero pese al esfuerzo de los médicos dejó de respirar.
La quinta víctima de la tragedia de Caño de Los Becerros fue Meivis Chacón 17 años, la adolescente tenía el 70% de su cuerpo quemado; ella presentó un cuadro de septicemia según denunciaron sus familiares.
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