El domingo 30 de mayo el sargento segundo del Ejército Bolivariano Samir José Astudillo Marcano, fue reportado como evadido de la Base de Seguridad Macolla de la División Ayacucho, al sur de Anzoátegui, pero este martes 1 de junio lo hallaron enterrado a unos metros del comando donde estaba destacado. Del lugar faltaban dos fusiles AK-103 y 10 cargadores.
El descubrimiento lo hizo efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros (Conas) en una fosa común en el poblado Coloradito del municipio Independencia. Estaba semienterrado informaron medios locales.
El semanario El Tiempo de Anzoátegui reseñó que la víctima de 21 años fue asesinada presuntamente de golpes en la cabeza, por otros efectivo militares y civiles para despojarlo de los armamentos que tendrían negociados en el la cárcel de Puente Ayala (Barcelona), versión que fue refutada por usuarios de Facebook. Las personas indicaron que al joven con tres años de antigüedad lo mataron por negarse a participar en el robo que planificaron sus cursos.
Por este caso, el cabo segundo que está de servicio con Samir fue puesto bajo arresto por averiguaciones; practicándose la detención de 10 personas más, entre ellas una mujer, quienes conyugue del cabo y uno de sus cuñados.
Otro medio de comunicación, Nueva Prensa de Guayana, refirió que, de acuerdo a fuentes confiables, el funcionario aprehendido intentó simular un hecho punible, al confesar que Astudillo se había apoderado del par de fusiles.
Samir pertenecía al 333 Batallón de Caribes “Coronel Agustín Arrioja Guevara” y era oriundo de San Félix, estado Bolívar. Estaba domiciliado en Los Aceites.
Además se conoció que, la negativa de Samir al participar en el asalto de los AK-103, desató ira de sus compañeros deciden acabar con su existencia para luego desaparecer el cadáver.
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