En lo que va de año, al menos unas 20 adolescentes, con edades comprendidas entre 12 y 16 años de edad, víctimas de engaño a través de redes sociales, han sido rescatadas y devueltas a sus familias, según indicó la directora del Instituto Tachirense de la Mujer (Intamujer), Beatriz Mora.
Las jóvenes, particularmente provienen del interior del país. El Distrito Capital, La Guaira, Aragua y Carabobo son las entidades de origen con mayor número de víctimas de engaño y trata de personas que han sido atendidas por Intamujer.
«Siguen llegando a nuestro estado adolescentes victimas de engaño, sin documentación. De manera inexplicable llegan al Táchira sin ningún tipo de documentación», alertó.
En caso de pasar hacia territorio colombiano, «lamentablemente (las víctimas) son llevadas a la esclavitud sexual»
Mora explicó que el modus operandi de las redes de trata contactan a las jóvenes a través de redes sociales, específicamente Facebook. Por lo que instó a los padres y representantes a mantenerse en alerta, supervisar y vigilar con quien mantienen comunicación sus hijos e hijas.
Hizo referencia al caso de una joven de 15 años que fue rescatada hace una semana en el terminal de pasajeros, proveniente de Caracas, a quien la persona que la había contactado por Facebook le había pagado los pasajes, incluyendo el de ida a San Antonio en la frontera. Gracias a la ayuda de otras adolescentes en quien confío su situación fue llevada al centro policial adyacente y se coordinó la debida atención a la víctima.
La trata de adolescentes es un delito difícil de visibilizar, según considera Mora.
«La trata de personas existe. Hay personas malintencionadas que las contactan a través de redes sociales, a través de amigos que invitan a fiestas, con ofertas de ir a trabajar en otro país, con propuestas de modelaje, u otras ofertas a cambio de una suma de dólares». De esa manera, les aseguran que «podrán ayudar a la familia y a la final es un engaño para que crucen la frontera venezolana y poderlas entregar a las redes de trata que están instaladas, no solo en este país sino, también en el exterior».
«El delito de trata es invisible», alerta Mora al indicar que solo es posible visibilizarlo al momento de rescatar a una víctima, pero no se sabe cuántas más continúan enfrentando las consecuencias de las redes delictivas.
Aunque no se precisa una cifra en concreto, Mora alerta que el número de casos de violencia sexual contra adolescentes «es bastante grande».
«La realidad de Venezuela es que las adolescentes siguen buscando trabajo por la necesidad de las familias», dijo Mora en relación a la situación económica que atraviesa el país. Y, ese hecho las conduce a caer incluso en la «prostitución en la modalidad webcam», que consiste en mostrar su cuerpo a través de plataformas digitales haciendo uso de un dispositivo móvil o computadora con cámara.
«Los adolescentes se van llenando de ansiedad, se llenan de preocupaciones, que no es el deber ser. Los adolescentes no deberían estar pensando en qué pueden hacer para ayudar a su familia, en que tienen que trabajar a través de cualquier alternativa que se presente».
La cifra de femicidios que se registra en la entidad es de siete víctimas, tres de ellas adolescentes.
A juicio de Mora, el panorama de pandemia es un factor que ha influido en el aumento de violencia contra la mujer, en los hogares y la comunidad y, como consecuencia, varios casos han desencadenado en femicidios pues «el covid-19 dejó al agresor en casa más tiempo».
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