Polvo del Sahara un fenómeno que causa afecciones respiratorias

Entre los meses de junio, julio y agosto es cuando se ve un aumento significativo en las cantidades de arena fuera del Sahara

Cada año, el desierto más grande del planeta desprende una gran cantidad de arena que consiste en la formación de una masa de aire caliente y seco cargado de partículas de polvo.

Estas masas de aire se forman sobre el desierto del Sahara y los vientos fuertes del norte de África lo impulsan hasta territorios de otros continentes.

Este cuerpo está formado por minúsculas partículas de arena, es rico en minerales. Además, es considerado un aerosol, puesto que sus componentes sólidos son tan pequeños que muchas veces son indistinguibles a simple vista.

De acuerdo a investigaciones científicas, se estima que cada año el viento transporta alrededor de 100 millones de toneladas de este elemento al otro lado del Atlántico.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), organismo afiliado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el peligro que genera el fenómeno de recurrencia anual radica en el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas que trae cinsigo el polvo”.

Por lo general, entre los meses de junio, julio y agosto es cuando se ve un aumento significativo en las cantidades de arena fuera del Sahara.

Vale resaltar que en el mes de enero del presente año se observaron sobre gran parte del territorio nacional concentraciones leves de una extensa capa de este polvo.

En este sentido, la médico neumólogo Yauri Moreno expresó en una entrevista para esta casa editorial, que estas grandes cantidades de polvo y arena pueden contener bacterias, virus, hongos y pesticidas que producen el aumento de enfermedades, principalmente respiratorias, de igual forma pueden causar también irritaciones, alergias, conjuntivitis, rinitis y, en el caso de personas o pacientes que sufren de enfermedades respiratorias como el asma, o enfermedades pulmonares pueden causar exacerbaciones o crisis de esta patología.

“Mientras más pequeña es el tamaño de la partícula, más rápido llega a los pulmones y pueden producir bronco espasmo e inflamación de las vías bronquiales”, resaltó.

En este sentido, Moreno instó a la colectividad a estar atentos ante este fenómeno, usar tapabocas para evitar inhalar estas partículas, además del uso frecuente de lentes a la hora de exponerse al aire libre, para impedir la irritación de los ojos.

Asimismo, evitar la exposición de la piel cuando se vea en el cielo esa calima. El lavado frecuente de las manos es importante y en caso de estar en casa, mantener las ventanas cerradas durante ese período.

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