La selección inglesa hizo caso a su entrenador, se centró en el fútbol y goleó a una pobre Irán (6-2), con una gran actuación de Bukayo Saka, con un doblete, de Harry Kane, en versión asistente, y de un Jude Bellingham que hizo su primer gol con los ‘Tres Leones’.
”Toca hablar de fútbol”, dijo Southgate en la previa, cansado de las continúas preguntas sobre la situación catarí y el poco interés en la propia pelota. Sus quejas cayeron en saco roto, porque la previa estuvo colonizada por el brazalete de “OneLove” y su prohibición por parte de la FIFA y su veto por parte de la federación inglesa.
No hubo sorpresa de última hora y Harry Kane, amenazado de amarilla, no lució el brazalete. Quienes no se plegaron fueron los de Carlos Queiroz, que ayudados por una afición harta de las injusticias de su país, denunciaron las barbaridades de su régimen. Los jugadores no cantaron el himno, no celebraron los goles y los carteles de protesta en la grada fueron numerosos.
Y entre tanto lío, también hubo fútbol. Aunque quedara apartado como casi un asunto trivial, este Inglaterra-Irán era el segundo partido de un Mundial que está atropellando al cuero a base de escándalos.
Para enrarecer aún más el ambiente, a los pocos minutos, un centro de Kane provocó una salida de Alireza Beyranvand, un choque con un compañero y una imagen escalofriante. Golpe mentón con mentón y el portero caído en el suelo. Tras unos diez minutos de asistencias, Beyranvand consiguió levantarse, con el tabique dañado, y para incredulidad del respetable, siguió jugando. Duró apenas un minuto. Esta vez fueron las asistencias, con una camilla, las que se llevaron al guardameta. Fue sustituido en el minuto 19 por Hossein Hosseini.
No se habían cumplido ni 20 minutos y habían pasado más cosas que en jornadas enteras de liga, pero faltaba el gol e Inglaterra, muy cómoda ante una decepcionante Irán, encontró la puerta pasada la media hora.
El que rompió el hielo fue Harry Maguire, con un pase entre líneas para que Mason Mount descargara de espaldas. Sterling, en función de catalizador abrió a la banda y Luke Shaw, que es otro cuando viste la camiseta inglesa, puso el centro para el cabezazo bombeado de Jude Bellingham. Primer tanto con la camiseta de los ‘Tres Leones’ para el de Dortmund y una nueva presentación ante el gran público. Este chico está ya para otro nivel.
El gol desarboló al ya de por sí poco estructurado conjunto de Queiroz y en los siguientes diez minutos se fulminó el partido. Para el 2-0 volvió a aparecer Maguire, bajando un córner, entre dos defensores, para que Saka colocase en la escuadra una volea espectacular; en el 3-0, Kane ejerció de asistente, con un centro al primer palo que embocó Sterling, el más rápido.
Estos chispazos pusieron de manifiesto que la defensa de Irán era inexistente, pero su ataque tampoco era mucho mejor. Hasta el añadido de la primera parte (14 minutos) no llegó el primer disparo fuera de Irán.
Inglaterra lo tenía todo bajo control y llegó el 4-0 de Saka, tras desesperar a cuatro impasibles defensas delante de él. Era un 4-0 comodísimo, pero Inglaterra necesitó una pequeña llamada de atención. De la nada, Mehdi Taremi, el delantero del Oporto, ganó la espalda a Maguire y empaló la pelota junto al larguero. El gol también terminó el partido del central inglés, que se tuvo que ir sustituido por algún tipo de mareo, pero no alteró la victoria inglesa. De hecho, apenas seis minutos después del tanto iraní, Marcus Rashford, que acababa de salir al campo, recortó a un defensa dentro del área y definió cómodamente con la zurda.
La ‘manita’ rebajó el ritmo de los ingleses, que aún tuvieron tiempo para marcar el set, en un regalo de Callum Wilson a Jack Grealish y para que Eric Dier cometiera un penalti que ejecutó Taremi.Los de Southgate salen de este debut henchidos de confianza y líderes del Grupo B. Gales y Estados Unidos buscarán su estela más tarde.
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