En una historia que parece de nunca acabar, Estados Unidos se encuentra nuevamente al borde del impago de su deuda, cuyo límite fue establecido en 4 billones de dólares el 1 de agosto pasado, y esta vez podría no haber solución a esta recurrente “dolencia” de la gran potencia mundial.
La fecha tope para que se agoten los recursos financieros de la nación norteamericana, y que por primera vez en su historia incumpla con el pago de su deuda, está apenas a pocas semanas, el 18 de octubre.
Como en las múltiples ocasiones anteriores en que se ha presentado este predicamento, la nación ha mantenido a flote sus finanzas mediante “medidas de emergencia” contable que viene aplicando la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Gracias a ellas, el Gobierno federal puede pedir prestados fondos adicionales sin superar el límite de la deuda.
Sin embargo, Yellen advirtió a los legisladores esta semana que si el Congreso no eleva o suspende el techo de la deuda, se agotarán esas medidas extraordinarias para el 18 de octubre.
En ese momento, esperamos que el Tesoro se quede con recursos muy limitados que se agotarían rápidamente, escribió Yellen en una carta al Congreso.
«Es incierto si continuaremos cumpliendo con todos los compromisos de la nación después de esa fecha«, agregó.
Esta llamada fecha «X» debe ser vista como una mejor suposición por parte del Tesoro, no como una fecha límite fija basada en la ciencia exacta. En otras palabras, Estados Unidos podría alcanzar el techo de la deuda días antes o días después del 18 de octubre.
Hay muchas, muchas piezas móviles aquí. La propia Yellen advirtió que la fecha «X» «puede avanzar o retroceder impredeciblemente«.
Y teniendo en cuenta lo que está en juego, Jamie Dimon, presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase, el mayor de los cuatro más grandes bancos estadounidenses; advirtió que un incumplimiento causaría una «catástrofe en cascada de proporciones increíbles y afectaría a Estados Unidos durante 100 años«, potr lo que sería riesgoso para el Congreso acercarse demasiado a la fecha «X«, y mucho menos más allá.
Obviamente, los secretarios del Tesoro tienen un largo historial de darse margen de maniobra cuando anuncian una fecha «X«, en caso de que el Congreso supere esa fecha. Eso es lo que sucedió en 2011: Washington no incumplió entonces, pero el retraso le costó a Estados Unidos su calificación crediticia perfecta de S&P y sacudió los mercados financieros.
En esta ocasión, existe cierto debate sobre cuánto margen de maniobra le está dando Yellen al Congreso esta vez.
A la secretaria del Tesoro se le preguntó en una audiencia el jueves «qué sucede el 19 de octubre» y su respuesta indica que podría haber un poco de margen, pero no mucho.
«Simplemente estamos en una situación imposible en la que será imposible para el Tesoro ese día, o unos días después (…) Tendremos recursos muy limitados. Se agotará rápidamente. No podremos pagar todas las facturas del Gobierno«, expresó.
Desde hace muchas décadas, EEUU se mantiene en un proceso cíclico hacia el default (impago en inglés), pero la situación siempre se resuelvo aumentando el techo del endeudamiento y generando dinero inorgánico para amortizar parte de los débitos.
Al parecer, en esta ocasión el problema excede las más malabarísticas “medidas especiales” pues, según la no partidista Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), si el límite de deuda permanece sin cambios, la capacidad del Tesoro de pedir prestado utilizando medidas extraordinarias se agotará y «muy probablemente se quedará sin efectivo cerca de fines de octubre o principios de noviembre«.