Los pacientes oncológicos de Venezuela viven en una constante carrera por la vida, especialmente cuando se trata de niños y adolescentes. Sus padres y representantes deben sortear dificultades para que los pequeños puedan sobreponerse a enfermedades cuyos diagnósticos demoran hasta dos años.
El tiempo que transcurre desde la aparición de algunos síntomas agobiantes hace que, al momento de ser atendidos por especialistas, el cuadro ya haya avanzado considerablemente. A partir de allí inicia un largo y complicado proceso de poder recaudar dinero para hacerle frente a la enfermedad, describe laprensadelara.com.ve.
Los costos totales son difíciles de sobrellevar, con exámenes que llegan a los 20 dólares, consultas en centros de salud privados que rondan los 30 dólares, ampollas que oscilan entre los 300 y 500 dólares y la proeza de reunir hasta 1.500 dólares para una hemipelvectomía en una clínica de la capital.
La Fundación Amigos del Niño con Cáncer (Fanca), contabiliza 1.284 casos en el estado Lara. Al respecto, Noraima Martínez, su titular, afirma que un total de 290 casos son consecuentes.
Estos pacientes deben lidiar con el hecho de poder ubicar las medicinas, llevar a cabo los exámenes rutinarios e inclusive el simple hecho de poder trasladarse de un lugar a otro les resulta sumamente complicado. En la asociación reciben a niños a partir de 1 año, y gran parte de ellos son pacientes con leucemia, incluso a edades tempranas.
Claudia Panebianco, oncóloga pediatra, asegura que esta es una realidad palpable. La mayoría de los niños padecen de cáncer en la sangre, seguido por tumores cerebrales como los más comunes; luego se ubican los linfomas de Hodgkin, tumores de riñón, retina, entre otros. Con respecto a esta trágica situación hay otro factor de potencial peligro: muchos de ellos corren el riesgo de no llegar a tiempo a ser diagnosticados y por consiguiente los tumores pueden diseminarse a otras partes del cuerpo, advirtió.
“Muchos caen en la temida metástasis cuando el tumor crece y en Lara se cae en lo grave del desconocimiento de algunos médicos. Se quedan en las sospecha de cáncer al saber del tumor que puede ser maligno y no se refiere inmediatamente al especialista”, expresa Panebianco, y lamenta que hay personas que llegan a la primera consulta en estadio 4. Esto tiene como consecuencia que sean directamente referidos a quimioterapias.
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