La familia de la señora Maribel Rivas, en el sector Caño Cruz, colindante de Las Carolinas, en Maturín, fue testigo de lo que muchos consideran una encomienda de Dios, proteger al pequeño ángel que consiguieron en la puerta de su casa, semi envuelto en una cobija.
Poco antes de las 9:00 de la noche del pasado domingo, hallaron en el estacionamiento de su residencia, en la calle 5, un pequeño bulto en la entrada principal. Se trataba de una niña de pocas horas de nacida, abandonada en el sitio.
«Nosotros habíamos salido hacer una diligencia y no nos demoramos 10 minutos. Cuando regresamos, que vamos a guardar el carro, mi hijo me dice -allí hay algo-«, contó la mujer.
«Cuando iba a ver de qué se trataba, porque se movía, me encomendé a Dios», relata Maribel al tiempo que mostró sus brazos erizados de la emoción, «cuando la tomé en brazos estaba fría, aún con el cordón umbilical; me la lleve al pecho y sentí cosas inexplicables. Solo tenía un monito a su costado y la cobija».
Ocurrió que la calle estaba completamente solo y la casa del hijo de Rivas era la única que tenía el portón del garaje abierto, situación que aprovechó la madre de la criatura para dejarla.
«No comprendemos y es injustificable lo que hizo. En lo personal no sé que la motivó a tomar tal decisión, pero ella sabía donde lo estaba dejando, que estaría segura porque es una casa de familia», continúo relatando Maribel.
Asombrados porque «creíamos que esto solo pasa en las películas», surgió la interrogante «¿Qué vamos hacer con la bebé?».
«Aún siento en mi corazón la necesidad de haberme quedado con la niña pero sabemos que a la hora de alguna situación esto podía venir con algo más. Avisamos algunos vecinos, entre ellos, uno que es funcionario, y en cuestiones de segundos vimos como todos se avocaron para abrigar y darle de comida a la bebé».
«Ella movía sus piecesitos y tenía hambre porque se metía las manitos en la boca», dijo Rivas, quien en su instinto de madre la mantuvo entre sus brazos para darle calor y que ella se sintiera protegida.
En medio de lo lamentable que resulta ese suceso, consideran que se trató también de un milagro puesto que la familia Rivas regresó a tiempo y la halló en el garaje de su casa.
De hecho, la pequeña pese al frío al que estuvo expuesta lo soportó y se encontraba en perfecto estado de salud.
Cuando la niña fue llevada hasta una casa abrigo, la doctora que la recibió le colocó el nombre de Victoria de Los Ángeles.
Lo ocurrido en el sector Caño Cruz es un hecho que todos conocen. No solo la decisión que tomó sino que también presenciaron el momento en que la mujer, residenciada en Las Carolinas, fue arrestada por la policía.
A la joven la conocen en la zona con el nombre de Yunfrannys Márquez, de unos 20 a 22 años de edad.
El caso está en proceso de investigación y por la información aportada por algunos vecinos, la familia paterna de la bebé desean quedarse con la potestad de la criatura.
Las opiniones de los vecinos en Las Carolinas y Caño de Cruz refieren que quizás «en un acto de desesperación por problemas familiares motivó a la joven madre a dejar a su hija a la buena de Dios».
«Poco antes de esto, la muchacha había tenido fuertes problemas en su casa», fue el comentario de varios lugareños, quienes prefirieron no identificarse.
«Puede ser que en la desesperación por verse acorralada y sola actuó de esta manera», agregaron.
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